San Juan de Mozarrifar - Zaragoza

Aún resuenan los ecos del mitin central del PSOE en la plaza de toros de Zaragoza el día 2 de marzo. La oposición al trasvase del Ebro es uno de los ejes del acto. Dijo con contundencia Zapatero: “mientras yo siga siendo Presidente no habrá trasvase del Ebro”. Antes, Iglesias, afirmó: “cada uno de los votos aragoneses que vayan al PP, son votos para el trasvase del Ebro”.

Sólo unas semanas después, el Presidente Zapatero aprueba por Decreto un nuevo trasvase del Ebro a Barcelona, con la complicitad del Presidente aragonés. ¡Quién lo hubiera dicho! Y pensar que nos llamaban alarmistas por augurar que si había mayoría absoluta de cualquiera de los dos partidos grandes habría un cuarto proyecto de trasvase…

El Sr. Iglesias fue convencido trasvasista en los años 92 y 93 (cuando llamaba “baturradas” a las manifestaciones contra el trasvase de Borrell). Sin embargo, a partir del 2000, ha forjado sus mayorías en Aragón posicionándose en contra del trasvase del Ebro al Levante. Ahora, en cambio, traga con Zapatero y Montilla, y acepta el mismo trasvase que condenaba en el 2004. Desde la incoherencia más absoluta renuncia a los “principios” que había venido manteniendo y ahora defiende un trasvase contra el que él mismo, el PSC y el PSOE han venido luchando, por atentar contra el principio de unidad de cuenca y la apuesta europea por la utilización racional del agua.

Primero, fue el señuelo de la amenaza de trasvase desde el Segre, para después intentarnos vender la moto de que este trasvase del Ebro a Barcelona no era tal porque las aguas se cogían ya en Tarragona (Cuencas Internas de Cataluña), gracias al minitrasvase de 1981, por lo que no se detraían de la cuenca del Ebro. Es una falacia tan difícil de justificar que el propio Decreto-Ley 3/2008 publicado el 22 de abril explica que los caudales necesarios “coinciden con el margen no aprovechado del volumen de agua que se destina al ámbito territorial de Tarragona de acuerdo con lo aprobado en 1981”. Es decir, aguas del Ebro que no agota Tarragona. Además, en su artículo 3 afirma que Cataluña “podrá adquirir derechos al uso del agua a usuarios de la demarcación Hidrográfica del Ebro”. ¡No del Francolí o del Llobregat, sólo del Ebro! Las nuevas aguas que lleguen a Barcelona dejarán de llegar al Delta del Ebro ¿puede alguien dudar, salvo que se llame Marcelino Iglesias, de que es un trasvase del Ebro?

Nadie está en contra de solucionar los problemas temporales de abastecimiento para el entorno de Barcelona. Lo que no aceptamos es que se nos engañe y se nos pretenda hacer comulgar con ruedas de molino. Nadie puede creer que para un abastecimiento temporal y excepcional de seis meses –que puede incluso resultar innecesario por la climatología- se opte por la opción más cara e insostenible, de 180 millones de euros, que Generalitat y Zapatero pacten (¿sin consultar con nadie?) una solución que supone construir más de 60 kms. de tubería que quieren dejar como infraestructura permanente.

¿No pretenderán, en realidad, introducir el Caballo de Troya del Gran Trasvase del Ebro a Barcelona que no pudieron hacer en 1973? De ser así, habrán encontrado el pretexto que acabará siendo la gatera que permite construir unas instalaciones permanentes, para las que en el futuro ya se encargarán de buscar utilización y rentabilidad.

Ciertamente, los 30-40 hm3 de agua trasvasada significan abrir una tajadera de dificil control y fácilmente desbordable, y suponen un gravísimo precedente para otros territorios que, con la misma legitimidad de la “necesidad imperiosa”, reclamarán unas aguas de las que el Ebro no dispone. Y aun las que ahora tiene han de resultar insuficientes para su propia cuenca en muy poco tiempo.

Por eso, diga lo que diga un Presidente que ha traicionado a los más de 400.000 aragoneses que salimos a la calle contra los trasvases y ¡quén sabe a cuantos miles de electores! desde CHA seguiremos defendiendo el Ebro y el futuro de Aragón.