San Juan de Mozarrifar - Zaragoza

¡No puedo más!, decido apagar el televisor en un acto de higiene mental, tal es el bombardeo mediático de individuos que en su mayoría son unos perfectos desconocidos y todos hablando con la misma expresión estúpìda e intentando vendernos las excelencias de su futura gestión de NUESTRAS vidas y haciendas. Acabo de leer en la prensa del día, que el coste de la campaña electoral asciende a los 50 millones de euros y por contra les invito a informarse de las carencias que vemos solo mirando en nuestro entorno vecinal.
Hace una magnífica mañana, una ligera humedad adorna las tiernas plantas que como todos los años nos anuncian la proximidad de la primavera, a las que secundan con su hermosura los floridos almendros y mientras camino en el silencio campestre, un sonido conocido me hace mirar al cielo... la migración de las grullas ha comenzado.
Las sencillas cosas de la vida son la auténtica felicidad. Saludos.

Lo ví cansado, muy cansado, tanto que daba la sensación de no prestar atención a las múltiples voces que en su entorno se proferian indicandole la intensidad y la dirección de su esfuerzo. El caminaba arrastrando el fruto de su esfuerzo cotidiano, logrado con su trabajo y honesto quehacer. Cada dia era mayor el esfuerzo para alcanzar el mismo logro del dia anterior y sin embargo lo aceptaba plenamente convencido en alcanzar su meta.
En su caminar fué dejando atrás las voces ociosas y ocasionales, trás una sonrisa recordó el que cada cierto tiempo aparecian las promesas de grandes riquezas pero no daban pan y trás esa sonrisa tuve la sensación de que aligeraba su paso hasta perderse en el horizonte, sabiendo que en pocos dias todo volveria a la normalidad,..... el sol ocultaba sus últimos rayos dejando paso al tintineo de las estrellas, una hermosa noche que dará paso a un nuevo dia lleno de esperanzas. Saludos.

¡Señor, señor que nervios!... ¡es domingo! le digo medio dormido, pero tan apenas me cuchichea el que tiene muchas cosas por hacer y que deje dormir a los chicos, ¡los pobres están cansados!. A lo largo de la mañana toma posesión plena de la cocina en un incesante trajinar para elaborar al menos dos posibles menús,¡los chicos tienen que comer!.
Se acerca la hora de la comida, lo que significa que todavia falta al menos una hora para comer y el personal vá apareciendo, las suaves quejas de sus limitaciones físicas diciendo el ¡ya no puedo como antes! van siendo apagadas por los reiterados abrazos , besos y carantoñas que los chicos con verdadero cariño le proporcionan y quién a todos sus chicos meció entre sus brazos como solo una madre sabe mecer a sus hijos, ahora se refugia entre la marea cariñosa de unos cercanos brazos que le hacen sentirse segura, pero sobre todo felíz, muy felíz.