Plantar cara a la crisis Ahora nadie duda que 2009 va a ser un año francamente malo para la economía y el empleo. Lo está siendo ya. La gente, en la cola del paro o amenazada con perder su empleo o empeorar sus condiciones de trabajo, espera que desde los poderes públicos se dedique la máxima atención a responder a este reto. Las cifras sobre el desempleo en 2008 le han dejado más de una sorpresa al Gobierno de Aragón. 28.888 personas desempleadas más que en el año anterior representan un crecimiento de un 75,27%. A final del año, 67.266 personas en desempleo y una tasa de paro del 10,2%, muy aproximada a los valores que preveían las organizaciones sindicales. El Gobierno de Aragón, al que, como tantas veces, le debía de faltar algún dato o tal vez prefirió ocultarlo a la sociedad, se ha vuelto a quedar corto, porque el Consejero Larraz y el propio Presidente Iglesias habían declarado con rotundidad que ni en el peor de los escenarios esa tasa superaría el 8% en Aragón, un dato que surgió en el Debate sobre el Estado de la Comunidad de finales del septiembre pasado. Lo cierto es que, lo que se anunció al inicio como una crisis inmobiliaria circunscrita al sector de la construcción, se ha extendido al conjunto de la economía aragonesa y está afectando gravemente a la economía real. Por poner un ejemplo, los últimos datos del Índice de Producción Industrial de noviembre de 2008 señalaban el mayor desplome de su historia. En Aragón, la caída ha sido de un 23%, es decir, 8 puntos por encima de la media estatal. Casi nada. Por su parte, las organizaciones sindicales están convocando movilizaciones que cuentan con el respaldo de CHA en defensa del empleo y de la protección social de trabajadores y trabajadoras, y en contra del abuso de los expedientes de regulación de empleo. Pero no hay que olvidar que, junto a la destrucción de empleo y al aumento consiguiente del número de personas paradas, existe también un alto nivel de precariedad en los empleos que se mantienen, bien por las condiciones de trabajo, por la temporalidad, por el tipo de contratación o por los exiguos salarios. Probablemente la pieza clave de la crisis sea la falta de liquidez de PYMES y autónomos, que vienen denunciando desde hace tiempo las organizaciones empresariales ante el bajo nivel de concesión de créditos por parte de las entidades financieras. Una circunstancia que está lastrando la actividad económica, de manera que la política de avales del Gobierno de Aragón no está dando los frutos esperados. ¿Dónde está esa inyección económica que llegó a las entidades financieras? ¿Qué pasa con el ahorro de la gente? ¿No es lógico que ese dinero revierta a la sociedad de algún modo en vez de seguir bloqueándose la concesión de créditos para la generación de empleo y la reactivación económica? En este sentido, desde CHA hemos propuesto que se cree el Instituto de Finanzas de Aragón, como instrumento de crédito público del Gobierno de Aragón, para desarrollar, entre otras funciones, una línea de créditos a PYMES y autónomos para relanzar la economía, ya que las entidades financieras aragonesas no están cumpliendo ese papel. Sobre éstas y otras cuestiones tiene que dar cuenta el Gobierno de Aragón, un gobierno que en vista de lo que sucede ofrece muy pocas garantías de solvencia. ¿No están abandonando el barco algunos de los responsables de su política económica para irse a la empresa privada? Con un presidente que dijo adiós en septiembre, con un consejero de Economía sin ideas eficaces, y con huidas de última hora como la de Coello, no se dan las condiciones como para pensar que podemos confiar en el actual Gobierno de Aragón... y si algo necesita un gobierno es, precisamente, ganarse esa confianza de la ciudadanía. Eso, y poner en marcha medidas contundentes e innovadoras para hacer frente a la crisis y al desempleo, porque lo que ha hecho hasta el momento no es suficiente.
|