Seguridad Social Después de conocer mi legendario pecho lobo y voz varonil, la doctora que me atendió en urgencias me prescribió unos "comprimidos vaginales". Al llegar a casa me doy cuenta; y una vez en la farmacia, se lo advierto a la farmacéutica, que me indica que, seguramente, al encontrarse el colon cerca del culo (era una infección de divertículos), posiblemente la idea de la médico de urgencias sería que me introdujese los susodichos comprimidos (una especie de cilidros esfervescentes) por el ano. Le pregunté si me estaba contando un chiste de Lepe, pero ella, muy seria, insistía (seguramente la farmacia más conocida de mi ciudad). He decidido contratar un seguro médico privado a la vez que me estoy ciscando en los parientes de los ladrones que se han estado gastando el dinero público en cocaina y robándolo por espuertas, mientras puedes directamente cagarla en un servicio de urgencias si te encuentras una médico (era una MIR, todos los que había lo eran) tan diligente como la que me recetó unos comprimidos para el potorro. |