Ricla - Zaragoza

La Guardia Civil detuvo la madrugada del domingo a un joven de origen rumano que asaltó la casa de Antonio Losilla en Ricla, el chalet en el que, según su propia confesión ante la Policía --de la que se desdijo ante el juez--, descuartizó a su esposa, Pilar Cebrián, tras hallarla muerta después de que se cayera por las escaleras mientras él estaba fuera.

Los agentes resolvieron el estrambótico robo unos minutos después de descubrir su comisión: el ladrón se había quedado dormido en un sofá tras emborracharse al beberse dos botellas de licor que encontró allí.

Según adelantó Radio Zaragoza, la Guardia Civil fue alertada la madrugada del domingo por un vecino de Ricla, que sospechaba que alguien podía haber entrado en la vivienda para robar.


LLAMADA Los miembros de la patrulla de rural que se desplazaron a la casa decidieron, al ver rotos los precintos que había colocado en puertas y ventanas el Cuerpo Nacional de Policía tras registrar la casa el pasado 29 de octubre, y tras observar la presencia de varias bolsas con objetos dentro, pedir el apoyo de efectivos del equipo de Policía Judicial de La Almunia.

Nada más acceder al chalet descubrieron al ladrón durmiendo sobre un sofá en el cuarto de estar. El joven fue detenido como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas.

Ayer fue puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Almunia, cuyo magistrado lo dejó en libertad con cargos y con la obligación de presentarse ante la autoridad judicial los días 1 y 15 de cada mes.


DECLARACIÓN El detenido no fue capaz en su declaración de aportar detalles sobre cómo perpetró el robo. Reconoció, eso sí, que se había bebido dos botellas de licor que había encontrado en la vivienda. Su siguiente recuerdo es el de los agentes de la Guardia Civil despertándolo.

La Policía halló el 29 de octubre en la vivienda 17 rastros de cuyo análisis depende la resolución del supuesto crimen de Ricla. Losilla, cuya esposa desapareció en abril, lleva desde el día 31 de octubre preso en Zuera como sospechoso de su muerte y posterior descuartizamiento.

Los criminalistas de la Policía tratan de determinar si alguno de esos rastros es de sangre y si su ADN coincide con el de Pilar Cebrián, a cuyo cadáver no pertenecían el cráneo y el fémur que dos agricultores hallaron en Cadrete el 22 de octubre.


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