Malón - Zaragoza

Hace mucho tiempo que quería estar aquí, por fin lo he conseguido.
Me gustaría escribir de cosas de mi infancia, ya lejana por cierto.
Uno de los muchos recuerdos que tengo de aquel tiempo son las noches en las que venían a actuar aquellas pequeñas compañías de comedias en la plaza, generalmente eran familias que se dedicaban a ir por los pueblos, intentando ganarse el pan divirtiendo a la gente.
El alguacil pregonaba por las esquinas que por la noche habría comedias y ya estaba la función presentada. Nosotros los pequeños, aquella noche intentabamos cenar a toda la velocidad y toda la familia se desplazaba a la plaza, necesario llevar las sillas para los mayores, los pequeños nos colocábamos en la parte delantera sentados en el suelo. Había de todo, número de amaestramiento de animales, generalmente unos perritos pequeños que sabían hacer de todo, número de cante y baile, payasos, alguna vez número de trapecio, malabaristas con fuego y sin fuego, rifa de alguna muñeca, previamente habían vendido los números, después pasaban el sombrero para recaudar algo de dinero y después todos para casa contentos de haber visto tan magno acontecimiento.
Parece poca cosa pero en aquel tiempo tampoco había tanto entretenimiento, para nosotros era una gran noche de ilusión. Hasta otra.

Estoy de acuerdo contigo. Cualquier cosa era un magnífico acontecimiento. Nosotros que eramos pequeños, deseabamos que se celebraran esa clase de espectáculos.

Hoy en día la juventud ha perdido la ilusión. Internet, las nintendos, los juegos en solitario, no llenan a nuestros pequeños.

Un pequeño juguete en Reyes era algo tan especial y tan fantástico que no había cabida para la desilusión, hoy en día el materialismo y el egoismo hacen que nuestros hijos no gocen de esa ilusión que nosotros si tuvimos.