La Muela - Zaragoza

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Chalets situados sobre el oleoducto se venden un 40% más baratos que en el 2008.Un constructor lleva 4 años generando con gasóleo la luz para un polígono residencial.

La Marbella esteparia ya no es lo que era. Ni en empuje, ni en precios. La crisis económica y las consecuencias de algunos desmanes urbanísticos, como la construcción de viviendas en el perímetro de seguridad del oleoducto, han desplomado el valor del ladrillo en el municipio zaragozano.

Las viviendas que promovió la cooperativa Arausta, impulsada por el sindicato OSTA, sobre esa zona restringida han perdido más de un tercio de su valor. Empezaron cotizándose a 240.000 euros, un precio que animó a decenas de jóvenes parejas a invertir sus ahorros en la compra de un adosado. Hoy se puede conseguir uno por 150.000 euros.

La Operación Molinos coincidió con la finalización de las obras de la primera de las tres fases de la urbanización. Tras la redada, los vecinos se enteraron de que la colonia estaba situada en el perímetro de seguridad del oleoducto, como el chalet de la alcaldesa Mariví Pinilla, el de su hijo mediano, Víctor, y el que se estaba construyendo el menor, Juan Antonio. El ministerio de Defensa decidió que las dos primeras edificaciones no eran merecedoras del derribo y saldó las infracciones con sendas multas de 60.000 euros. Las autoridades castrenses no han tomado aún ninguna decisión sobre el tercer inmueble.

SEÑALES Esa coincidencia alarmó a los futuros inquilinos, temerosos de vivir expuestos a un accidente de esos que casi nunca ocurren pero a veces pasan. Habían pagado distintas cantidades como entrada, 15.000 euros en unos casos y 42.000 en otros, y muchos decidieron pleitear en busca de que los tribunales declararan resueltos sus contratos por haber sido engañados para recuperar ese dinero. Sin embargo, tan solo una pareja logró una sentencia favorable. En el resto de casos, los jueces concluyeron que el hecho de que las casas se encuentren sobre el oleoducto era tan obvio que no podía considerarse un engaño.

Ante esa situación, a la mayoría de los inquilinos no les quedó más remedio que seguir viviendo allí, donde habían invertido sus ahorros.

En otros casos, no obstante, pudieron irse. "Por suerte, mi marido pudo vender un piso y con ese dinero nos pudimos meter en otro. No quiero volver allí", explica una vecina que prefiere mantener el anonimato y que añade que "nos enteramos por la prensa de que las casas estaban encima del oleoducto". Ella es una de las personas que están intentando localizar a OSTA para reclamarle la devolución de la señal. El sindicato ha cambiado de dirección, tanto postal como ideológicamente.

EL VERGEL El constructor y hostelero Vicente Rodrigo López, uno de los 43 imputados en la Operación Molinos, está al borde de la desesperación. Y de la ruina.

Las obras de las 72 viviendas de la urbanización El Vergel, situada junto a su hotel, el Altovento, están terminadas desde el 2007. Sin embargo, al documento de su recepción por el Ayuntamiento de La Muela, rubricado por el interventor, el secretario y el arquitecto municipal le falta una firma: la de la alcaldesa o el responsable de Urbanismo. Y eso tiene consecuencias: sigue sin recibir de la Sociedad Urbanística Municipal los 580.000 euros que debería por las calles de la colonia. Eso sí, los vecinos pagan el IBI.

"A más de 30 familias he tenido que devolverles el dinero, y al final las casas se las ha quedado la CAI al ejecutar las hipotecas", explica Rodrigo, que lleva tres años asumiendo los gastos de la luz, el agua y los vertidos de la urbanización, en la que hay ocupadas algo más de 20 de las72 viviendas. "Ya no tengo ni dinero para poner gasóleo en mi coche. Estoy en la ruina", añade.

Mantener la urbanización le cuesta 900 euros al día. La mayor parte de los cuales los consume el combustible para el generador de electricidad. "He tenido que pedir dinero a mis hijos y a mis empleados", lamenta.