La Muela - Zaragoza

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El Ayuntamiento de La Muela ha sacado a concurso el aprovechamiento agrícola de 54 hectáreas de monte municipal de secano que deberán ser cultivadas en régimen de barbecho --año sí, año no-- durante los cuatro próximos años. Quien explote las tierras no cobrará las subvenciones de la Política Agraria Común (PAC), ya que los derechos siguen en manos de los anteriores titulares del aprovechamiento, entre los que se encuentra el empresario y exalcalde Carmelo Aured.

El pliego de cláusulas administrativas del concurso, que el ayuntamiento hizo público ayer, prevé que los lotes puedan ser adjudicados por separado. El primero, de 13,8 hectáreas, tiene un precio de salida de 1.330,21 euros mientras que el segundo, de 402.664 metros cuadrados, sale por 5.322,95. La puja de salida conjunta por las algo más de 54 hectáreas se situaría así en 6.653,16 euros.

Esas cifras arrojan un precio medio de 121 euros por hectárea que, diferenciado por lotes, baja a 95,75 euros en el primero y sube a 132,19 en el segundo.

Paralelamente, el ayuntamiento ha recortado el plazo de adjudicación del aprovechamiento agrícola del monte, la partida del monte público Dehesa Boyal conocido como Bohalar. En el pliego de cláusulas administrativas publicado ayer es de cuatro años, mientras que hace un mes las mismas tierras salieron a concurso por un periodo de seis años. En la práctica, esa decisión eleva la inversión anual a la que debería hacer frente quien resulte adjudicatario: de 20,16 a 30,25 euros por campaña.

En la práctica resulta el doble, ya que las tierras se cultivan cada dos años, dejando entre ellos uno de barbecho.

La imposibilidad de cobrar las subvenciones de la PAC al haber retenido los derechos el anterior explotador de la parcela y la obligatoriedad de asumir el pago del precio de adjudicación, que vendría a equivaler a un arriendo anual de 121 euros, hacen que en la práctica resulte poco atractivo embarcarse en la subasta para hacerse con las tierras.

Estas se encuentran en una zona de secano en la que el rendimiento del campo depende de las precipitaciones. Y, en este caso, según explicaron varios vecinos, el monte sufre además una plaga de conejos.