La Muela - Zaragoza

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El ayuntamiento facturó a la DGA actuaciones inexistentes por valor de 432.000 euros en el 2008.El Gobierno de Aragón descubrió el pufo en una inspección ordenada por el consejero tras la redada.

El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, aseguró ayer, en su declaración como testigo en el juzgado número 1 de La Almunia dentro de la Operación Molinos, que no recuerda si fue él quien ordenó pagar al Ayuntamiento de La Muela las subvenciones a las que el consistorio cargó obras inexistentes y otras inacabadas que la propia DGA valora en 432.000 euros. Boné señaló que, de no haber firmado él mismo la orden de pago, lo normal es que lo hubiera hecho el director del Instituto Aragonés del Agua (IAA), organismo autonómico que financiaba la actuación y que preside el consejero.

El pago de esas falsas obras con dinero público constituyó uno de los tres ejes centrales de la declaración de Boné, que se prolongó por espacio de algo más de media hora. Los otros dos fueron las relaciones con su exescolta, A. R. V., y con la alcaldesa de La Muela, Mariví Pinilla.

El grueso de esas actuaciones, facturadas en el 2008 y consistentes en mejoras de la red urbana de abastecimiento y saneamiento de agua de La Muela, fue cargado por el ayuntamiento a una subvención de 980.000 euros otorgada por el IAA para el periodo del 2005 al 2009. La mayor parte de ese dinero --635.000 euros-- fue transferido por la DGA en el 2008.

Boné también fue interrogado sobre los controles que aplica el Gobierno de Aragón para supervisar la ejecución de trabajos y el destino del dinero público. En ese punto, reconoció que el IAA no llevó a cabo ninguna comprobación sobre la ejecución del programa en el municipio zaragozano desde su inicio hasta el estallido de la Operación Molinos. De hecho, el primer informe de supervisión está fechado el 27 de abril del 2009. Lo firman dos técnicos del IAA que visitaron las obras --algunas no son visibles por estar soterradas-- acompañados por el concejal Fernando Barba, imputado por haber firmado las facturas de esas obras, y por Antonio Fando, responsable de la empresa que emitió las facturas proforma a partir de las cuales el consistorio tramitó el cobro de la subvención y cuya compañía no ha recibido un euro por los trabajos que sí realizó.

INFORME La revisión fue ordenada cinco días antes por el propio Boné, que la encargó --dijo-- tras enterarse por la prensa de que las diligencias afectaban a una subvención concedida por su departamento.

El consejero, por otro lado, señaló a los técnicos de la consejería y del Instituto Aragonés del Agua como los responsables de efectuar esos controles. Él, dijo, no controla qué obras está ejecutando el IAA ni en qué fase se encuentra cada una de ellas. "Confío en mis técnicos", declaró.

El testimonio del consejero de Medio Ambiente incluyó una revelación sobre el escaso celo controlador del Gobierno aragonés en asuntos relacionados con La Muela.

La Ley de Haciendas Locales obliga a las comunidades autónomas a comprobar, antes de soltar el dinero, si realmente han sido ejecutadas las actuaciones a las que va a destinar una subvención de 300.000 euros en adelante. Según el consejero, el IAA solicitó a la Intervención de la DGA que llevara a cabo esa inspección previa, pero el órgano fiscalizador rechazó la iniciativa por no considerarla necesaria.

Por último, la fiscala le preguntó a Boné cómo era posible que el 3 de mayo del 2008 hubiera telefoneado a Pinilla para anunciarle que "te he metido un millón en esa obra que me comentaste", 23 días antes de que fueran publicadas las ayudas. El consejero indicó que suponía que la habría llamado porque en esa fecha ya estarían aprobadas. Se referia a una subvención para los colectores de la depuradora que no llegó a materializarse.