Encinacorba - Zaragoza

Una mujer casada es una mujer atada. Aunque mi entorno social sea un matriarcado, la casada es siempre casada. Me asfixia la casa. Estar siempre con el mismo hombre, no es lo mío. Me gusta cambiar de macho. Dejarme montar por diferentes sementales. Buscar la fortaleza y la bravura de los jóvenes. Aprovecharme de su potencia. Jugar con su timidez, con su inexperiencia. Me gusta volcarme en una relación pasajera y entregarme a ella en cuerpo y alma. Una vez acabada, no quiero saber más de ella. Adiós para siempre. Para la rutina o un remedio circunstancial ya tengo a mi marido. Mi marido... el pobre. Se cree muy machito, pero si no le crecen más es por falta de calcio. Es gudari y miembro activo de la organización. Es legal, de momento, aunque vivimos en un continuo sobresalto. En la política es muy avispado, pero en tocante a temas mundanos es un auténtico pardillo. Los lleva puesto con total dignidad. Nadie sospecha nada porque este mundo en el que vivimos se basa en la mutua confianza. Somos como una familia. Casi lo hacemos todo en común, las compras, las comidas, las reuniones. Nuestros hijos (los que tienen) van a las mismas Ikastolas. Es un mundo cerrado y espeso. Es como un bar bien cargadito de humo. Yo todo eso lo llevo con bastante mal temple. Procuro engaña a mi marido todo cuanto puedo. Por eso lo de Sanantonero fue algo especial. Es verdad que jugué con él. El pobrecico se me entregó en cuerpo y alma. A veces mi corazón se siente dolido por lo que le hice. Reflexiono y pienso que me porte mal con él. Lo cierto es que en aquellos momentos me deje llevar por los impulsos más primarios. Sanantonero es un macho joven y potente. Su miembro viril es impresionante. Su cuerpo es musculoso y proporcionado. Como dejar pasar semejante oportunidad. Con cualquier otra mujer hubiera hecho el amor y hubiera quedado satisfecho. Conmigo fue diferente. Me atrevería a decir que nuestra relación lo dejó marcado para siempre. Jugué con sus impulsos amatorios. Lo alentaba y lo reprimía. Le daba esperanzas y lo frustraba. Lo excitaba y lo aplacaba. Cuando ya lo tenía al borde de la desesperación le daba mi boca. Lo comía a besos. Inundaba su vientre de mariposas. Hacía crecer su pene hasta su maduración total. Luego me ofrecía completamente desprovista de prejuicios. Dejaba que se saciara con mi cuerpo como un ave rapaz destruye a su presa. Su placer era mi placer, su gozo era mi gozo. Una vez que había eyaculado volvía a la carga. De nuevo lo colmaba de besos y caricias. Besaba la base de su pene e iba subiendo hasta coronar el glande. Lo lamía, lo chupaba, lo acariciaba con total delicadeza hasta producirle dolor. Lo sentía gemir. Me rogaba que parase, que no continuase, que le dejara recuperare. No era esa mi intención. Me gusta ver reducidos los hombres a guiñapos una vez agotada su potencia sexual. Aprendí enseguida que si dejas al hombre que se satisfaga se convierte en un perezoso y un rutinario. Yo practico el sexo como una lucha. Desarrollo siempre una estrategia diferente. Esto lo aprendí con Sanantonero la primera vez que hicimos el amor detrás de la cooperativa. Desde entonces, cuando me acuesto con un hombre, procuro no repetir. Pero si acaso me apeteciera... los tengo seguros a mi disposición. Sanantonero ya sabes pues que nunca volveré a hacerlo contigo, es mi teoría, ya lo sabes. No tengo nada en contra tuya, aunque claro, para salir de un apuro, no estás nada mal.
Besitos de Saura.

Sanantonero disculpa si me he extendido un poco.

No tienes porque disculparte. Has estado muy clara y ya se a que atenerme. recuerda que te amaré siempre.

Perdona que te lo diga, pero es verdad. Los hombres pensamos como si en la cabeza tuvieramos el sexo.Cuando vemos a una mujer no vemos una persona, vemos unas tetas, un culo, un coñxo.... Deseamos hacerla nuestra, penetrarla, dominarla, hacerla de nuestra exclusividad.Luego conservamos un sentido estricto de la propiedad. Si hemos yacido con una mujer no nos gusta que esté con otro hombre, y si está,no nos gusta saberlo.Sí, somos celosos y nos adornan otros muchos ¿defectos?, pero somos así. Así u homosexuales, una serie de especímenes que aparecen con más fuerza en las sociedades desarrolladas. Alejando Magno o Julio Cesar, entre otros, gustaban de tener efebos con los que se acostaban. A mi particularmente me gustas tú. En todo y en cada una de las partes de tu cuerpo. Sólo de pensar en tu culo me obsesiono. Esos glúteos duros y prietos. Esa cadencia al caminar balanceandolos me hipnotizan.Esos pantalones ceñidos marcando la raja central. Me los imagino desnudos y me emociono. Me gustas cuando te pones a cuatro patas y te penetro por detrás. Siento un placer inmenso. Y maldigo a la ETA y a todos sus secuaces. Desearía seguir pegado de esa forma durante mucho tiempo. Girarte de repente y sofocarte por delante.Tener la capacidad de amar de forma infinita. Unirme a ti permanentemente. Hacerte mía y sólo mía. Pienso siempre en la idea de pervivencia. De permanecer anclado a ti, de fundirnos en una sola única y verdadera persona. Perdona que me emocione contigo, pero tú ya lo sabes. Solo soy hombre de una mujer, contrariamente a ti. La vida nos ha puesto a uno frente al otro y esto no puede remediarse.Si no te tengo, al menos, sigue recordandome los momentos de apasionado amor que hemos vivido. Relatame esos instantes de profunda penetración. Ese vaciarme en ti. Eso jadeo constate y maravilloso. Ese orgasmo lúbrico, apoteósico y brutal. Esa descarga seminal en tu útero receptivo. Cuentame lo que piensas en esos instantes amada mía. Dime si me traicionas con el pensamiento y si realmente eres tan desalmada como dices. Díme como lo haces con tu marido para poder odiarlo con toda la razón. Señálame el día, la hora y el lugar de nuestro próximo encuentro. Sabes que estaré allí como un clavo. Tuyo siempre, tu esclavo, Sanantonero.

Sanantonero, tu lo sabes. Me gusta el fetichismo en el sexo. Aunque persona racional y creyente, sin embargo en tocante al tema sexual me gusta el fetiche. Un día hablaremos largo y tendido sobre el tema.Desde luego es un paso posterior. Estamos aún en la primera fase, en esa en que solo basta el amor. En la que la potencia sexual es explosiva y exuberante. En la fase en la que un cuerpo se encuentra frente a otro cuerpo y el centro de atención son los órganos sexuales. Jugar con el pene. Acariciarte la tetas. Mordisquearte las orejitas.Chuparte el clítoris. Explorar con la lengua cada una de las partes íntimas de tu cuerpo.Descubrir cada día un nuevo misterio.Una nueva sensación. La suavidad de una caricia,el más mínimo roce de la piel desnuda.Pegar nuestros cuerpos, permanecer unidos, calentitos y cubiertos con una suabe sábana.Gratificarnos con un buen vino de cariñena mientras nuestras manos exploran nuestros cuerpos. Que te voy a contar a ti que no sepas. En ti aplique yo toda mi sapiencia y tú eres ya un maestro del amor. Cierto que no es un título que se pueda exponer, sino, me sentiría celosa de ti: ¡mi máquina del amor!

Hasta mañana Saura. Mañana te contaré más cosas. Espero que tu también me cuentes como lo estás pasando por Encinacorba. ¿Se ve a alguien por las calles? Espero que tanta soledad te permita descansar y cargar pilas.

Saura

Fecha: 08-01-08 16:39 Ip Registrada (Condiciones de uso)

Asunto: RE: YO ELEGÍ LA ESCLAVITUD

Sanantonero, tu lo sabes. Me gusta el fetichismo en el sexo. Aunque persona racional y creyente, sin embargo en tocante al tema sexual me gusta el fetiche. Un día hablaremos largo y tendido sobre el tema.Desde luego es un paso posterior. Estamos aún en la primera fase, en esa en que solo basta el amor. En la que la potencia sexual es explosiva y exuberante. En la fase en la que un cuerpo se encuentra frente a otro cuerpo y el centro de atención son los órganos sexuales. Jugar con el pene. Acariciarte la tetas. Mordisquearte las orejitas.Chuparte el clítoris. Explorar con la lengua cada una de las partes íntimas de tu cuerpo.Descubrir cada día un nuevo misterio.Una nueva sensación. La suavidad de una caricia,el más mínimo roce de la piel desnuda.Pegar nuestros cuerpos, permanecer unidos, calentitos y cubiertos con una suabe sábana.Gratificarnos con un buen vino de cariñena mientras nuestras manos exploran nuestros cuerpos. Que te voy a contar a ti que no sepas. En ti aplique yo toda mi sapiencia y tú eres ya un maestro del amor. Cierto que no es un título que se pueda exponer, sino, me sentiría celosa de ti: ¡mi máquina del amor!

Con que coño se ha enrollado mi hermanito? ¿Tienes coño u pene?

HEDONISMO

Y pues hablamos de males y guerras, bueno es que hablemos de amor, nunca habidos tan verdaderos como los que hubo entre en esta villa entre estos dos jóvenes y ardientes enamorados. Y pues sé que vas buscando las fuentes del placer, te diré mi amada, donde puedes encontrarlas. Muchas son, variadas y al alcance de tus sentidos. Apenas te detengas un minuto a pensar, veras por donde mejor se alcanzan. Dichas fuentes son tus sentidos y ellos las puertas por donde el placer entra, te acoge y te hace prisionero. El primero de los placeres te lo proporcionará la vista. Esa que alcanza a ver valles, cordilleras, amplios mares y océanos. Así que la gires al entorno, disfrutará de tu suave y candorosa piel. Del lacio bello cubriéndote el pubis. De los pechos redondos y llenos de avaricia por acogerlos y besarlos. De las suaves lomas de tu cuerpo y las amplias hondonadas donde pastan mis caricias. Dicha es ver tu pelo, ensortijado en sierpes venenosas y codiciosas de ardorosos frutos. Tu cuerpo desnudo, que atravesado por la pálida luz, tras la cortina ocre de la tarde, se desmaya en mis ojos y me llena de salutífera dicha. Artos están mis ojos de mirarte y ya claman de otro sentido. No es sino el olfato. Él se hace presente en tu ausencia. A él acudo para avisarme de pronta tú llegada a mi lecho. Con mi nariz olfateo tu cuerpo, curva a curva, repecho por repecho. Huelo tu sudor de hembra hambrienta que aspira al placer mundano. Meto mi nariz en tu pecera y orado los rincones donde ocultas la furia vertical que te hace mi prisionera. Fuente eres toda de placer para mi olfato de sabueso, de cazador de tú dicha. Y te oigo, y te presiento, y adivino el sonido de tú ausencia cuando faltas a mi fuente. Eres opaca a mis requiebros y ello me conmina a lamer tus ahogados silencios. Silbo de pastora entre las ancoras del juncal. Grito abrasador de mi ignominia. Susurro piadoso en las frías noches de invierno. Y pues hablamos ya del cuarto sentido que no es otro que el dulce lamer y degustar tus mieles. Abrazarte con mi boca. Entrar en tus secretos más profundos con mi lengua. Masticar tú mirada con mis dientes. Chupar, sorber, comerte a besos y dejar expedito el camino para el tacto, para la caricia serena y vertical. Mano sobre mano, y sobre tus pechos manos, y sobre tu sexo manos y sobre tu lengua y sobre tu cabello bañado y perfumado con aceites manos. Alicato milímetro a milímetro tú cuerpo con estas manos de obrero del amor. Construyo tú figura genital amasando con mis ellas tú barro corporal. Cuerpo de diosa levantado caricia a caricia con el índice de la derecha sobre tu clítoris. Un viento dulce y suave golpea la ventana abierta de tú alcoba. Es el viento del deseo que llama impertinente e infatigable. Su sonido parece decir como en un susurro: Amor... Amor... Amor... Despierta ya Amor a los sentidos. Acaríciale la entrepierna y hunde tu vástago en sus profundidades. ¡Oh felicidad! ¡Oh dicha permanente! ¡Oh placer de placeres! Dulce miel en mis labios que pretendo destruir cada día con mis recuerdos. ¡Oh dolorosa parca! Acude a mi y llévame contigo si no tengo la dicha de alcanzarla. ¡Oh Saura de mi tormento! Dulce nombre que grita el viento en mis oídos. Cuando volveré a tenerte entre mis brazos. Mi pasión se extiende hasta ti acunada en el mar por tristes carabelas. Vuelve a mis orillas para que yo te reciba y conciba en ti el hijo que pretendes. Vuelve a mi, yerma de amor. Vuelca tu barbecho genital entre mis sábanas. Dame tu placer a espuertas, ¡oh diosa de Encinacorba!

Bien, bien, bien, esto es clítoritis en estado puro. Vas más salido y caliente que la punta de una plancha. Continúa así y me verás pronto en tu cama de nuevo. Alegrame los oídos con tú música. Sigue llamando a mi puerta. Algún día, rauda como el viento volveré a entrar entre tus sábanas y acriciar tú miebro. Mientras tanto, desespera y sufre. Hazme presente en tus sueños. Deséame con todas tus fuerzas. Llora por mi ausencia, idealízame como tú solo sabes hacerlo.
Tuya siempre Saura.

No seran las cabras que tanto te gustan ?

(Saura vuelve a Esuskadi)
PADRE NUESTRO SANANTONERO
Baño tu cuerpo de porcelana en vino. Te hago miembro de la secta de los nazorreos. Te instruyo como al hermano Juan Bautista y te catequizo como discípulo predilecto. Sigue de ahora en adelante el rastro que deja mi túnica por las áridas tierras de la Sierra de Algairén. Te hago volar sobre las viñas, sobre las carrascas, sobre los verdes pinos. Baño tú cuerpo con perfumes y mieles. Adórame a mí como a una diosa de barro. Como a un pobre jarrito de porcelana. ¿Qué será de mi me abandonas? ¿Para quién mis besos y mis caricias? Este nudo que me ahoga la garganta esta hecho por tú mano de hierro. Paseo de nuevo por las calles de este lugar vacío y lejano evocando pasadas primaveras. Días dulces de sol ardiente. Añoro las esquinas en las que te besaba. Las sendas por donde pasabas. Los caminos en los que te intuía. Eres sombra espesa nacida en las umbrías de los callejones. De nuevo dejo el lugar y vuelvo a la verde Euskadi. Te mostraré antes de irme la senda de los encuentros. El fruto de tu semen. Y volveré pronto al seno mis ancestros por los siglos de los siglos. Amen.

Cuidate mucho que por ahí está la cosa calentita.Recibe de mi parte un enorme abrazo.

Solo le das eso, ella quiere otra cosa

Que es el mismo, cuñauuu, que es tan cutre que se tiene que contestar a si mismo.



No tiene amigos con quien hablar ni con quien seguir sus criticas y ha cambiado la tactica pa llamar la atencion.

Es mu discreta se le ve el plumero no mas que la ves Respecto a los amigos no le hacen falta creo que habla con las encinas y las cabras