Castiliscar - Zaragoza

¿Te preguntas alguna vez cuánta gente, entre tanta, se plantea el mundo? Ya no digo cuánta gente llega a plantearse el mundo en sí mismo, sino sólo cuánta gente quiere encontrar una solución a un problema que le surge. Con mundo me refiero a todo. A este mundo, a otros mundos, y a lo que para mí es más importante, lo que habita en ese planeta, en especial los humanos. Lo siento, soy humano, y como tal, guardo rasgos comunes a mi especie, mi faceta antropocentrista. Ahora creo más que nunca que el humano es la pieza clave que puede en cuestión de poco tiempo aportar un cambio cualitativo a este nuestro planeta. Presiento que este cambio no será positivo, no nos beneficiaremos de él, pereceremos, y lo haremos como la especie más inútil del universo.
Como soy antropocentrista, cosa que es por naturaleza, el cambio cualitativo lo aplico al humano. El cambio cualitativo sería entonces un cambio de todo aquello que sustenta a la especie humana: sus sistemas de relación y comunicación; el entorno, del cual se alimenta, del cual respira, el cual le da cobijo. La aniquilación vendrá instantáneamente, sino ya mucho antes del gran momento. Parece obvio que es el entorno principalmente el factor que alimenta al humano.
En este caso, el cambio cualitativo tendrá lugar debido a cambios cuantitativos en el entorno, lo favorable o no que sea el entorno, la cantidad de recursos, los humanos a los que podrá alimentar, los humanos a los que podrá dar qué respirar.
Cuando miro a mi alrededor únicamente veo como el entorno se degrada más y más, pero también veo que las relaciones entre los humanos no parecen ser positivas, y me pregunto si hay relación entre la falta de comunicación positiva entre los humanos y la degradación del entorno. Sí, la respuesta es clara. La hay.