Cadrete - Zaragoza

Estas son básicamente las líneas de la charla de Ecologistas en Acción ayer en Cadrete.


Crisis y ecologismo social en Aragón.

Cada vez vivimos más alejados del territorio vivo. Lo que nos impide ver algunos de los cambios que se están produciendo de forma vertiginosa. El sistema capitalista nos ha hecho vivir de manera que el mundo no puede resistir tanta presión.
Estamos en un punto de inflexión histórica. El mundo que hemos vivido hasta ahora no volverá, ya ha pasado a la historia una forma de vida qke se ha sostenido gracias al consumo de petróleo necesario para casi todo.
Nos encontramos ante una crisis ecológica de mangnitudes hasta ahora desconocidas. El declive energético, el cambio climático y la crisis alimentaria ya se muestran a la puerta de nuestras casas.
Todo esto ocurre en unas circunstancias de fuerte desigualdad social, en las que los derechos a la tierra, la alimentación, el agua o la asistencia sanitaria de una buena parte de la humanidad se ve vulnerada por el sobreconsumo de una minoría, ya que su despilfarro se apoya en unos recursos disponibles globalmente decrecientes.
El capitalismo global ha logrado alterar por primera vez en la Historia el sistema ecológico y geomorfológico global. Sus impactos durarán siglos y condicionarán cualquier evolución futura. Dicho capitalismo está chocando ya con la biosfera, aparte de todos un conjunto de límites sociopolíticos, lo que le conducirá a un profundo colapso en el s.XXI que tendrá repercusiones civilizatorias
Deberán alumbrar nuevas construcciones sociopolíticas y culturales, que deberán establecer forzosamente nuevas relaciones con el entorno y en el interior de sí mismas, si es que pretenden subsistir.
Estamos a tiempo de aprender de nuestros abuelos, de las culturas sostenibles que todavía existen en el planeta, de la vida y de los animales y plantas. Más allá de lo que nos pueda ofrecer la tecnología, la ciencia o las pantallas, las soluciones a esta crisis deberían basarse en una nueva forma de mirar al territorio y en un cambio estructural del sistema que nos ha llevado a esta situación.

¿De dónde viene esta crisis?

• Energía abundante y barata
• Recursos claves, agua minerales, alimentos y biomasa
• Oferta amplia de fuerza de trabajo asalariada
• Trabajo doméstico no remunerado
• División internacional del trabajo
• Imposición de la especialización funcional de los territorios y sistema tecnológico sofisticado
• Mega-estructuras de poder político, económico y financiero.

Crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo. Una característica común de las economías que más han crecido es que consumen cantidades muy superiores y de recursos y generan ingentes volúmenes de residuos. El crecimiento de los mercados es el resultado de la privatización de los recursos limitando su acceso a una parte reducida de los habitantes de nuestro planeta. La privatización suele tener por objetivo un beneficio económico y no la conservación de los recursos y servicios ambientales.

En el estado español se ha duplicado el consumo de energía en las dos últimas décadas. Su agotamiento provoca consecuencias dramáticas para las dinámicas de acumulación y centralización del capital. Especialmente agudo será el impacto de la movilidad motorizada y en la agricultura industrializada.
El carbón es el responsable de casi la mitad de la generación eléctrica mundial, la energía clave y la más contaminante.
La energía nuclear requiere combustible nuclear, aun más escaso y difícil de producir que los fósiles. Además presenta riesgos que después de siete décadas de industria nuclear no parece viable eliminar. Los daños que puede causar son altos y muy duraderos.

Vivimos en un planeta finito que no da más de sí.
La quiebra del capitalismo global y el consiguiente colapso progresivo de la civilización industrial no será un proceso repentino, nadie quedará al margen de sus efectos, ni siquiera sus élites.

De todo el planeta, quien tiene más que perder es Occidente, ante el derrumbe de la tríada: sistema financiero-corporativo privado, mercado global y marco geopolítico actual.

¡REACCIONEMOS! ¿Cómo intervenimos hacia el cambio que queremos?

Estamos en una situación pre-revolucionaria sin sujeto revolucionario, pero este es capaz de constituirse bastante rápidamente en situaciones extremas, el 15M ya nos demuestra que la sociedad no está dormida.
Sin embargo, en casi ningún sitio hay una estrategia clara y conjunta de cómo reaccionar para enfrentar la Quiebra del Capitalismo Global en curso. Hay cuestiones que no se abordan hasta ahora por los movimientos sociales. Necesitamos reducir el consumo de recursos. Significará un cambio total de modos de vida que muy poca gente está dispuesta realmente a asumir.

Existen múltiples formas de organización social distintas de aquellas que buscan el beneficio económico. El intercambio de bienes y servicios no tiene por qué estar guiado por el beneficio.

Proponemos la creación de espacios autónomos del capital. Lucha no violenta activa y desobediencia civil, medidas de reparto, de contención de la producción y el consumo, alentando la ilusión colectiva frente al miedo paralizante.
Existen tecnologías que favorecen la sostenibilidad y otras que la impiden. La tecnología debe estar controlada por la comunidad antes que por el mercado.
Es necesario reducir fuertemente la movilidad motorizada para mantener la supervivencia de los ecosistemas que nos permiten la vida. Es necesario cambiar la gestión del espacio y la configuración de las ciudades para acercar y hacer más accesibles los servicios esenciales para vivir.

CAMINEMOS HACIA UNA FELICIDAD SOSTENIBLE

Necesidades fundamentales:

• Subsistencia (alimento, abrigo)
• Protección y seguridad
• Afecto
• Entendimiento
• Participación
• Entretenimiento
• Creación
• Identidad y pertenencia
• Libertad
• Equidad y justicia
• Vivir en un medio vivo.

Todos los seres humanos tienen derecho a vivir, derecha a la vida de los que están en camino y a una muerte digna.
Debemos de caminar hacia el fin de la guerra y la violencia como elementos claves de la fuerza del patriarcado y de la desigualdad social. Primar la cooperación sobre la competición y la guerra.
Urge transformar profundamente nuestro modo de vida. Hay que parar y cambiar el rumbo.