Bardallur - Zaragoza

El final del Verano siempre me trae recuerdos infantiles agradables.Mi madre desde muy joven emigro a la gran ciudad en busca de una vida mejor,dejando atras a herman@s,padres y un sinfin de ti@s,ademas de los recuerdos de sus primeros años de vida,jamas vovio la vista a tras y tras duros años de trabajo domestico conocio a mi padre,un chico de capital,obrero metalurgico y como consecuencia de ello nacimos mi hermana y yo,no por este orden,pero nobleza obliga.
Todos los años a continuacion de las vacaciones del colegio,mi madre hacia las maletas y con sus dos hijos ¡Ala al pueblo!.Para nosotros era todo un acontecimiento,viajar en tren,luego con un autobus,mas bien una "guagua" maximo 20 personas,claro que en el techo ademas de infinidad de bultos,jaulas con pollos,tambien viajaba algun que otro mozo que le importaba un pito el tiempo que hiciese,la proxima guagua no salia hasta el dia siguiente y no era cuestion de perder un dia en otro pueblo mas grande,donde un mozo con poca voluntad se podria dejar el importe de la venta de su ganado rapidamente,en los tropecientos sitios de perdicion que habitaban los arrabales.
La llegada al pueblo era todo un acontecimiento,la guagua encaminaba la plaza,final de trayecto,haciendo sonar su bocina,lo del claxon todavia no se estilaba.Los abueletes sentados en los bancos adosados de la plaza levantaban sus cansinas miradas y una chispa de curiosidad alumbraba sus ojos durante unos segundos,luego una vez comprobado que no venia ningun familiar,se volvian a rencontrar con su interrumpido sopor,la boina y el chaleco los hacia distintos a los abueletes de ciudad.
Mis tias y mis primos nos estaban esperando con impaciencia,pues sabian que mi madre siempre traia alguna cosilla para todos.Para las abuelicas traia delantales que de puro nuevos parecian acartonados,este era el regalo mas apropiado para ellas puesto que lo lucian como si de un vestido se tratase,para mis tias unas bacaladas que traimos en la maleta y que pesaban un monton,por aquel entonces el pescado en los pueblos del interior era todo un lujo,algun pintalabios y poco mas,para mis primos alguna ropa usada que nos daba la jefa de mi madre,pues tenia hijos de similares edades,mis primos nunca pusieron peros,al reves,en cuanto podian se la ponian y lucian como chicos de capital,hay que pensar que en aquella epoca el uniforme de niño de pueblo era el pantalon asta la rodilla y un tirante cruzado que servia de soporte,de la camisa ni hablamos pues al ser verano no la hechaban de menos.
En el pueblo descubri el jamon,en la capi yo sabia que habia de oidas,mi madre nunca nos compro pues el precio era prohibitivo para un metalurgico y una fregona.Mis tias siempre tenian alguna magrica para los de la capi.Como a mi hermana no le gustaba la conserva ni los cocidos de mis tias,se ponia ciega de huevos fritos,que ella misma recolectaba en el corral,los huevos tambien eran un lujo para nosotros,en casa se los comia mi padre,que nos solia dar alguna mojadica.
Que maravilla,estabamos en el campo y eso para mi era como un parque de atracciones gigante,maravilloso y encima gratis.
Mi madre se esmeraba los primeros dias en acicalarnos para salir a la calle,el escosque me duraba cinco minutos,el tiempo que tardaba en irme al rio con mis primos y llenarme de barro,siempre pense que me metian en los peores sitios a conciencia,como si quisieran borrarme el aspecto de ciudad.Al volver a casa,siempre mas tarde de lo recomendado mi madre se quitaba la zapatilla y me cascaba,siempre decia que yo era el mas sucio de los primos.Con el tiempo me di cuenta que a mi se me notaba mas por llevar otra rropa distinta.Las niñas los domingos en misa iban cubiertas por unos vestidos almidonados llenos de puntillas y con un gran lazo de color rojo,a mi todos me parecian iguales,algunas llevavan zapatos,otras botas y la mayoria alpargatas,comulgaban con mucha devocion y no armaban ruido como nosotros,mas de una vez el cura tenia que demandar silencio por el alboroto que formabamos.Por la tade futbol en un campo que estaba lleno de piedras,lo hinchas del equipo visitante se pasaban todo el rato sufriendo,primero por si perdian y luego rezando que no ganaran pues las iras de los hinchas locales se desataban y la guardia civil se tenia que emprender a fondo para poner paz,esto sucedia invariablemente todos los domingos que el equipo local jugaba en casa.
Luego venian las fiestas y con ellas las ferias,pero eso ya es otra historia.

Friki

¿Pero de que pueblo hablas?

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