Villafáfila - Zamora

Al igual que un escalador trata de subir y así intentar alcanzar la cumbre en esa pendiente penosa y agreste, el gobierno trata de conseguir un acuerdo en cuestión de materia laboral para crear mas empleo y así poder paliar los efectos devastadores de la crisis... Pues bien. La labor de los sindicatos en esta tarea es sujetar la cuerda de seguridad... labor que ellos se atribuyen de motu propio... y van y que hacen? en vez de sujetar y asegurar los arneses tiran de la cuerda hacia abajo... Así nos va.

JA, JA, JA, JA Y MAS JA, JA.

JU;JU;JU Yo tambien me descojonaria de la risa si no fuera porque estoy viendo conocidos, amigos, compañeros, que las estan pasando pero que muy, muy p----.

Y me da la risa floja pensando que muchos que se creian a salvo de todo probablemente estarán pronto en la misma situación, y puede ser que yo mismo no tarde en ver las orejas al lobo.

¡Pa partirse, oye tú!

A la huelga, a la huelga, que el pais esta pa eso y pa más.

Siento mucho desilusionarte abuyaco, pero no me rio, era una ironía.
Lo que me provoca es otro sentimiento mucho más fuerte, muy diferente quizas, al tuyo al que intentas trasmitir.
Igual otros las orejas del lobo las llevamos viendo toda la vida.....

pues perdón entonces.
Lo de ver las orejas al lobo, en una situación normal, es problema de cada uno,que todos hemos tenido o tenemos los nuestros.
Pero lo que no es normal es que tenga problemas quien no se los ha buscado, y por culpa de vivir una situación de la que no tiene ninguna culpa.
Por ejemplo, quien tiene un contrato o ha hecho un trabajo y ahora no cobra, quien es despedido por que la empresa quiebra habiendo cumplido siempre en su trabajo,quien no puede encontrar ningún trabajo.

Y los sindicatos, después de la liebre ida, palos en la cama.

Con estas alusiones cinegéticas, de alpinismo, tiras y aflojas, de cómo resolver los avatares de la vida. Me viene a la memoria una de esas anécdotas de bodega, contadas en no pocas ocasiones.

El protagonista en este caso, era el Sr Felicísimo Use (q.e.p.d.).

Encontrarse con un lobo, verle las orejas y no digamos….quien se las está viendo toda su vida. Puede o no, ser una situación normal. ¿Problema? Pues…dependen los recursos y la decisión, de que la persona disponga para resolver la situación.

En los hechos que nos acontece esta anécdota, el Sr Felicísimo, lo resolvió como muchas veces había hecho a lo largo de su vida, con frialdad, ingenio y muy buena puntería.

Contaba, como uno de esos atardeceres invernales, en uno de sus ojeos a los conejos, por La Mata y la raya del monte de Villaveza. Habiendo dado por terminada la cacería, sin munición para prolongarla. Decidió regresar a casa, una vez recogidas las piezas cobradas y los bártulos.

Apenas iniciado su camino de vuelta, se da cuenta de que le cierra el paso un animal. Es el rey del monte, El LOBO.

Un cazador aguerrido de su talla, empuña la espingarda y se dispone a cargarla. Rebusca una y otra vez su canana, sin encontrar la munición que necesita con urgencia. Repite la operación en los bolsos de su pelliza, donde lo único que encuentra son dos tachuelas. Con celeridad carga el arma, apunta con pulso firme y dispara.

El lobo queda clavado a una encina próxima, por las dos tachuelas que perforan sus orejas.

Esto nos da una idea, de cómo a veces las situaciones no son tan dramáticas, si el planteamiento que se aplica, es el adecuado.

No voy a soltar perorata de ninguna índole, considero a los lectores/as, capaces de sacar conclusiones del relato. A una parte, con arrancarles una sonrisa, a otra un exabrupto y al resto…pues el propiciarles recuerdos agradables, me considero satisfecho con estas líneas. Que tanto masoquismo de cabeza termina trastocando lo que tiene un orden y un concierto, por que no. ¡ Jajaja ¡ç

Teniendo un país, como el ejército de Pancho Villa, un futuro de negros nubarrones y añadimos nuestro pesimismo y dramatismo, pues…en definitiva no queda otra respuesta que la enviada por le Tio Guire, al dueño del camión con que trabajaba en la carretera acarreando piedra.

¡Ruso (camión) en la carretera, ruedas reventadas, la desostia Áureo ¡

Esto es todo por hoy, espero haberles entretenido.

El Novillero de la Villa.