Foro- Ciudad.com

San Esteban del Molar - Zamora

Poblacion:
España > Zamora > San Esteban del Molar
30-01-11 18:30 #6967760
Por:Marceloo

Literatura
Para Claudio Rodríguez la poesía era una forma de estar a bien con su entorno
JOSÉ IGNACIO PRIMO
laopiniondezamora.es

Y no es la hora/. Algo está cerca, algo se entreabre» /. Así comienza Claudio Rodríguez su «Balada de un treinta de enero», fecha de su nacimiento (30 de enero de 1934), poema perteneciente a su último libro «Casi una leyenda» (1991), libro premonitorio, en el que el poeta se nos muestra profundamente reflexivo ante el final que comienza a intuir, «Esta señal certera, esta llamada,/ este toque con calma ya maduro/». Y precisamente esta balada es uno de los últimos poemas escritos por el poeta, en un libro en el que la muerte aparece como tema principal, la muerte entendida siempre como salvación, como resurrección, en definitiva como liberación. Es curioso observar que a pesar de no ser religioso el poeta, sin embargo la espiritualidad es una constante en su obra, se trata de una experiencia mística que poco a poco impulsa al poeta hacia la muerte. «Es ahora la hora. Y qué más da/. Sea quien sea sal y abre la puerta». Solamente el poder redentor de la poesía será el que libere al poeta de la pesadilla que le atormenta. Observamos a lo largo de la vida, que su obra va sufriendo una profunda transformación en su aventura vital, desde la contemplación basada en experiencias tomadas de la naturaleza sensible, poesía de exaltación, de celebración en sus primeros libros, a una poesía más existencial, con un tono vital más profundo, buscando e indagando en el latido humano. En cierta medida, la poesía para Claudio Rodríguez era una forma de encontrar la tranquilidad, la calma, una forma de justificación personal que le permitía estar a bien con su entorno. A él le gustaba decir que el pulso vital, la vibración vital, debe residir en el interior del poema y aflorar de manera serena. Quizá sea ahí donde radique la extraordinaria intensidad expresiva de sus versos. Esa serenidad que nos traslada de nuevo a la contemplación, al origen. «Alguien llama a la puerta. Doloroso/ es creer. Pero se abren/ de par en par las palmas de las manos/; los nudillos gastados/ piden, cantan/ en el quicio que es mío este treinta de enero/». Y mientras esperaba serenamente la muerte, «Que me voy de vuelo» le comentó días antes de morir a Víctor García de la Concha, el poeta vivía sencillamente, cobijado en la honda verdad de su poesía, de la que no le gustaba hablar porque él mismo representaba la pureza de sus versos con los que en ningún momento dejó de ser solidario. Era simplemente respeto y coherencia con lo más íntimo nacido de lo más profundo de su ser, su insondable verdad. ¡Cuánto misterio encierran sus versos! Solo el tiempo será capaz de ir desvelando el complejo mundo poético de nuestro poeta.
Cuando releo la obra de Claudio Rodríguez, y más en esta fecha que siento con profunda nostalgia el eco de la balada, sigo teniendo con fuerza la sensación de que un hombre puro, cargado de honestidad, pleno de inocencia, me acompaña. Viendo lo que nos rodea, qué alivio ante tanta generosidad.
Puntos:
30-01-11 18:36 #6967800 -> 6967760
Por:Marceloo

RE: Literatura
Claudio Rodríguez García (Zamora, 30 de enero de 1934 - Madrid, 22 de julio de 1999) fue un poeta español.
Wikipedia

Hijo de María García Moralejo, de arraigadas convicciones burguesas y heredera de alguna que otra propiedad en Zamora, y de Claudio Rodríguez Diego, de origen humilde y gran lector de poesía y autor de algunos versos, y con quien se lleva bastante mal. En 1939 nace su hermano Javier y en 1945, las gemelas Marisa y Maricarmen. Su apodo es "Cayín".
Desde los cinco años pasa largas temporadas en la finca de su abuela materna en contacto con la naturaleza y las labores del campo. Estudia el bachillerato en el Instituto Claudio Moyano, Es buen estudiante y compañero, y juega asiduamente al fútbol. El 23 de marzo de 1947 murió su padre y su vida dio un giro decisivo al quedar la familia en la ruina; Claudio ha de dedicarse a la administración de las fincas en el campo y tratar con jornaleros. Se acentúa su "manía andariega" y se refugia en la lectura. Se hace ayudante de un profesor de latín y francés y estudia con él la métrica latina, francesa y castellana. Lee a Rimbaud en su lengua original y se mantiene en contacto con su profesor de literatura Ramón Luelmo.
Dos rasgos definen su personalidad: le gusta observar y recrear los juegos infantiles, y es muy andariego: da largos paseos por la ciudad y por las orillas del río Duero. Le forma mucho la biblioteca paterna: clásicos españoles, en particular los místicos, y poetas franceses del siglo XIX: Baudelaire, Verlaine y Rimbaud. Le une a los místicos la actitud contemplativa, mientras con Rimbaud la pronta madurez poética. Hacia 1948 escribe sus primeros poemas, que él llama "ejercicios para piano". Publica Nana de la Virgen María en el Correo de Zamora, en 1949. En 1951, se traslada a Madrid para estudiar Filología Románica con una beca. A los 18 años gana el premio Adonais por Don de la ebriedad, libro que impresiona a Vicente Aleixandre con el que mantendrá una amistad profunda, casi filial, y a quien dedicará su libro Conjuros. Su familia lo hace estudiar Derecho en Salamanca, pero se retira y opta por las letras. En 1953 conoce a Clara Miranda, quien será su compañera. Se hace amigo de Leopoldo Panero y Luis Rosales.
A comienzos del curso 1955-56, se prepara un Congreso Universitario de Escritores Jóvenes, aplazado a febrero del año sucesivo por la muerte de Ortega. Rodríguez participa en el Boletín y vive de pensión en pensión, hasta que se instala en el Colegio Mayor José Antonio. En los primeros meses de 1956, se afilia al Partido Comunista, pero se sale inmediatamente (dura veinte minutos su permanencia) por una discusión con el hermano de Jorge Semprún. Antes, un grupo de desconocidos le había dado una paliza, por estar en la organización del Congreso, patrocinado por el PCE. De todos modos, fuera ya del congreso, participa en los enfrentamientos con la policía entre el 1 y el 9 de febrero, por lo que es detenido y posteriormente vigilado. (El congreso nunca se realizará, pues en los tumultos muere un estudiante falangista).
Licenciado en Filología Románica en 1957 con una tesis sobre El elemento mágico en las canciones infantiles de corro castellanas, bajo la dirección de Rafael de Balbín. Ese verano hace el servicio militar.
En 1958, publica Conjuros y, con la ayuda de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, viaja a Inglaterra, donde trabaja como lector de español en Nottingham (1958-1960). El 23 de julio de 1959 se casa con Clara Miranda. Se traslada luego a Cambridge (1960-1964), con el mismo cargo. Descubre a los románticos ingleses sobre todo William Wordsworth y Dylan Thomas, que influirán en su poética. En 1963 es incluido en la antología Poesía última de Francisco Ribes, donde también aparecen poemas de Eladio Cabañero, Ángel González, José Ángel Valente y Carlos Sahagún, autores que conforman el grupo poético madrileño que se dio a conocer en la década de 1950-1960, al que los críticos bautizaron con el nombre de generación de los 50. En Inglaterra escribe Alianza y condena, Premio de la Crítica 1965. Allí hace amistad con Francisco Brines, lector en Oxford.
De regreso a Madrid, se dedica a la enseñanza universitaria. El 31 de julio de 1974 muere asesinada en Madrid su hermana María del Carmen. Puede considerársele el suceso más trágico en la vida del poeta. Un año más tarde, muere su madre.
Los años setenta significan la consagración definitiva del poeta. Los sucesivos, el reconocimiento oficial. En 1976, publica su cuarto poemario El vuelo de la celebración. En 1980, la Modern Language Association of America le dedica una sesión en Houston. En 1983, Premio Nacional de Poesía por Desde mis poemas, recopilación de sus cuatro primeros libros; en 1986 es Premio de las letras de Castilla y León. El 17 de diciembre de 1987 es elegido miembro de número de la Real Academia Española, en el sillón dejado vacante por Gerardo Diego. En marzo de 1992 lee su discurso de ingreso a la RAE, titulado: "Poesía como Participación: Hacia Miguel Hernández". En 1993 publica Casi una leyenda, el que será su último libro de poemas. El 28 de marzo de 1993 recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y 5 días después el II Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de la Universidad de Salamanca.
Muere en Madrid, el 22 de julio de 1999.
La crítica ha destacado su primer libro como uno de los más brillantes de la segunda mitad del siglo XX en español.

Premios

Premio Nacional de Poesía, Desde mis poemas (1983)
Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1993)
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1993)
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
Crónicas Borbónicas Por: Marceloo 31-07-14 23:57
Marceloo
1
Periodismo corrupto y rastrero al servicio del poder Por: bbbb-8 02-06-14 10:56
bbbb-8
0
Carnaval Por: El Ciego del Molar 17-02-13 02:56
El Ciego del Molar
5
Letras de Javier Krahe Por: Marceloo 28-01-11 00:39
Marceloo
1
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com