San Esteban del Molar - Zamora

A la Asociación de San Esteban que predique con el ejemplo y porfavor vosotros no copieis y no admitais copias:

Predicar con el ejemplo
Cuentos de un Pueblo con Picota
Relatos de pueblo con picota: memoria viva
el último libro de Eutiquio Cabrerizo

Un libro, en resumen, lleno de riqueza sensorial y de lirismo en sus descripciones, de memoria y de vida, de homenaje a nuestros anónimos pueblos castellanos y sus gentes, resistiendo unos y siendo granero de España, emigrando para crear riqueza en las grandes ciudades del norte o en Madrid otros. Un libro lleno de sentimiento y melancolía.

Las ilustraciones de Cruz López más las fotos en blanco y negro, nos aproximan más íntimamente a través de las escenas populares y los paisajes que recrean a la intimidad y ternura que se describe.

“Cada pueblo tiene su historia, y cada historia tiene detrás las gentes que las vivieron, que las siguen viviendo cada día y hacen que continúe siendo posible la vida y el progreso”, escribe Eutiquio.

“Para él escribir fue siempre un modo de llenar momentos vacíos, y también un refugio y una escapatoria de cosas que le desagradaban”

Páginas llenas de melancolía y belleza, de hondo sentimiento y de buena literatura.


En el concurso de microrelatos en su primer párrafo (a copiado al pie de la letra):

“Cada pueblo tiene su historia y cada historia tiene detrás las gentes que las vivieron, que las siguen viviendo cada día y eso hace posible que la vida continúe.”

El resto de los párrafos está sacado de: LA VIEJA PLAZA. Fco. Javier Riva Díaz (22 - 2 - 2003)

Magistral relato si fuera suyo...

Resumen del relato de Javier Riva Díaz:

LA VIEJA PLAZA. Fco. Javier Riva Díaz (22 - 2 - 2003)

Azul pálido, así era el color del cielo por aquellos días. Un azul pálido que teñía de cierto aire nostálgico el ambiente.

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Un viejo Renault 5, color granate, guardaba su sitio en la plaza, silencioso e inmóvil, a la espera de que su dueño se dignara a hacer uso de él para ir a la capital, o para acercarle hasta su lugar de trabajo. Cercano a él, un viejo Seiscientos enroñecido, de color blanco, hacía lo propio bajo la tejabana del pequeño cobertizo que le servía a modo de garaje. Una apacible paz bañaba toda la plaza....

Y toda la paz que llenaba la vieja plaza, era rota alegremente por la algarabía de la chiquillada que gobernaba el lugar en aquel año. Pequeños y grandes se mezclaban en la plaza, en un loco maremagnum de apoteósico júbilo y alocada juventud. Todos ellos eran jóvenes, gamberros y felices, y contagiaban a todo el que los veía de esa felicidad.

Los mayores, contagiados de esa locura, se asomaban a los balcones para disfrutar de esos juegos. Unos, arropados en el jubiloso frenesí del juego, arengaban a unos y otros. Los demás, acomodados en el regazo de la serenidad, se limitaban a contemplarles con dejada placidez. Todos ellos, no obstante, comulgaban en una misma razón, disfrutar como niños de esa algarabía.

Eran mediados los ochenta cuando aquella cálida brisa nos envolvía a todos. El cálido sol acariciaba nuestra piel durante nuestros juegos, reconfortándonos, arrullándonos en su regazo y la luna, con sus tibios rayos plateados, nos acostaba cada noche en nuestras camas. Todavía éramos unos críos, y en nuestras mentes, sobre cualquier otra cosa, solo había una única preocupación, divertirse.

En el frío otoño de mediados de los noventa, la dulce brisa se tornó frío viento... La fría lluvia de otoño regó las calles y se llevó tras ella nuestra niñez.... Y el barrio se quedó algo vacío. […]

--------- F I N ---------

Y casualidades de la vida pasaba por aqui y copie el resto del relato:

Aquel verano el cielo era de un azúl oceánico con algunas pequeñas nubes danzando al ritmo del viento, la suave brisa nos envolvía a todos y el cálido sol acariciaba nuestra piel durante nuestros juegos reconfortándonos y arrullándonos en su regazo. La lejana carretera emitía un silbido que adormecía los sentidos y el suave sonido de la campana del reloj nos deleitaba marcando las horas.


La paz que llenaba la plaza de las Escuelas fue sustituida por el bullicio de la chiquillada que gobernaba el lugar por aquéllos días. Grandes y pequeños se reunían en la plaza, sus risas y sus juegos contagiaban a todos de esa felicidad. Al caer la noche el cielo se llenaba de estrellas y la luna con sus destellos plateados nos acostaba cada noche en nuestras camas, éramos unos críos y solo había una pequeña preocupación, divertirse.

El paso de los años se llevó nuestra niñez y décadas después con la Fiesta del Trillo, las risas y los juegos de nuestros hijos volverán a ocupar la Plaza de las Escuelas, las personas mayores se contagiaran con esta alegría y disfrutaran de estos juegos, unos alentando y otros con cierta placidez se limitaran a contemplarles.

FIN

Esta vez si que se va a hacer famoso el relato, más que el del propio autor "Javier Riva Díaz" y del que os recomiendo comprar el libro "Eutiquio Cabrerizo" (Cuentos de un Pueblo con Picota)

Cuando os presenteis a un concurso desarrollar vuestra imaginación.

Un saludo a todos incluido al autor.

Supuestamente el premio del concurso quedara desierto por lo que esperamos en su lugar, un pregon, mensaje o manifiesto del Sr. Alcalde que ya va siendo hora o de esa corporación municipal.
Un saludo a todos, nos vemos en la fiesta del Trilo ya queda menos.

En el blog de la asociacion podeis dedicar una seccion como en otras asociaciones, a los bandos y noticias del ayuntamiento... gracias

Una asociación hasta ahora con más sombras que luces y además creada y dirigida por unas personas bajo sospecha apadrinadas por un alcalde megalómano donde la democracia y la transparencia brillan por su ausencia.
Un saludo a todas.