San Esteban del Molar - Zamora

Don Primitivo fue a Roma de visita espiritual y según algunos también para aliviar el rigor de su doctrina que le estaba sobrepasando.
La misa que celebró el primer domingo a su vuelta la retengo muy claramente en la memoria.
Don Primitivo estaba en el púlpito dirigiendose a sus "amadísimos feligreses" en un tono muy sublime:su sermón era de ritmo lento,secuencial y cadencioso;subía y bajaba la voz y la entonación según el énfasis y la emoción que deseaba transmitirnos;aveces se paraba para enjugar su sudor,se pasaba un pañuelo grande por la frente y el cuello;no solía hacer digresiones pero explicaba lo explicado y retomaba lo anterior repitiéndolo.
"Queridísimos y amadísimos hermanos,os traigo lo mejor que podía ofreceros,lo que más pudierais desear..."
Yo estaba ansioso por saber qué nos había traido y Don Primitivo no soltaba prenda.Yo esperaba que nos dijera que nos había traido muchos caramelos y golosinas de las buenas.
Fianlmente,Don Primitivo elevó aún más la voz con gran estruendo,levantó los brazos y elevó las manos por encima de la cabeza y dijo:"Os traigo la Bendición de Su Santidad".Bajando los brazos,extendiendolos hacia adelante con las palmas abiertas y bajando la voz dijo:"que me ofreció a mi,en persona;para mi y para todos mis feligreses,amantísimos hermanos en Cristo.
Salud,un abrazo para todos,Marcelo

!Genial¡ Descripciones como esta levantan el ánimo por el ingenio, por la memoria y por la sencillez con que está escrito.Si no fuera porque yo también lo oí pensaría que era inventado(yo,como recordarás era monaguillo,y estaba presente en dicho acto).Nunca mejor palabra(acto),como en el teatro.
Gracias,y un abrazo.Claudio.