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España > Zamora > San Esteban del Molar
03-12-15 15:43 #12926805
Por:Marceloo

El Cambio Climático
COP21

Según un informe de Oxfam
Cumbre del Clima de París: El 10% más rico de la población emite el 50% de los gases contaminantes.

EFE

2/12/2015

El 10% más rico de la población mundial es responsable de cerca del 50% de las emisiones de carbono, indica Oxfam en un informe publicado este miércoles, según el cual los 3.500 millones de personas que conforman la mitad más pobre solo generan el 10% de esas emisiones.

El documento, difundido durante la Cumbre del Clima de París (COP21), contribuye, según sus autores, a "desmontar el mito de que los habitantes de países con un rápido desarrollo son los principales responsables del cambio climático".

"Aunque las emisiones aumentan rápidamente en los países en desarrollo, gran parte se derivan de la producción de bienes que se consumen en otros, lo que significa que las emisiones asociadas a los hábitos de consumo de los ciudadanos de esos países son mucho menores que las de sus homólogos en los desarrollados", indica.

El dossier evidencia la desigualdad en la producción de emisiones tanto entre países como dentro de las propias naciones.

Así, certifica que la huella de carbono media del 1% más rico de la población mundial multiplica por 175 la del 10% más pobre, o que la del 50% más pobre de la India es una vigésima parte de la del 50 % más pobre de la población de EEUU.


"Los más ricos y los mayores emisores deben rendir cuentas por las emisiones que generan, sin importar dónde vivan", señala Tim Gore, experto en política climática y alimentaria de Oxfam.

El especialista advierte de que "es fácil olvidar que las economías que se están desarrollando más rápidamente también acogen a la mayor parte de las personas más pobres del mundo y que, aunque deben contribuir de forma justa reduciendo sus emisiones, son los países ricos quienes deben asumir mayores objetivos de reducción".

Las únicas personas que se beneficiarían de que en París se consiga un acuerdo poco ambicioso, según la ONG, sería "un grupo de milmillonarios que han hecho fortuna gracias a los combustibles fósiles".

El futuro pacto debe "movilizar recursos para ayudar a las comunidades más pobres y vulnerables a adaptarse a los efectos del cambio climático", concluye Oxfam, en un llamamiento en el que también pide que las acciones dirigidas a combatirlo respeten los derechos humanos y la igualdad de género.
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03-12-15 15:49 #12926806 -> 12926805
Por:Marceloo

RE: El Cambio Climático
Obstáculos a la negociación.

Desigualdades entre Norte y Sur dividen a la cumbre del clima en París.

POR AFP - Actualizado el 2 de diciembre de 2015
La Nación ( Costa Rica )

COP21
Le Bourget, Francia

Las desigualdades entre un Norte que se desarrolló durante más de un siglo sin cuidar el medio ambiente y un Sur que reclama apoyo financiero y tecnológico para hacerlo de manera sostenible siguen siendo uno de los principales obstáculos en las negociaciones del clima de París.
Los representantes de 195 países tienen hasta el 11 de diciembre para realizar la titánica tarea de poner de acuerdo intereses divergentes de grandes potencias como Estados Unidos, la Unión Europea y China con los de economías emergentes -grandes o pequeñas- y diminutos Estados insulares amenazados de desaparición.
"Hay avances desiguales", dijo a la prensa Alden Meyer, de la ONG Union of Concerned Scientists, que monitorea las negociaciones climáticas desde hace décadas. "La cuestión del financiamiento (Norte-Sur) sigue siendo claramente el principal obstáculo".
Hace más de 25 años que la disputa de cómo repartir la responsabilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de ayudar a los países más vulnerables bloquea las negociaciones climáticas.
Según un negociador europeo, tras el espaldarazo dado por 150 jefes de Estado y representantes de gobierno dado el lunes pasado, las reuniones volvieron a un ritmo "muy lento". "Hay una creciente frustración, cada cual se está aferrando a sus posiciones lo más posible".
Un informe de la organización de lucha contra la pobreza, Oxfam, reveló que el 10% de la población más rica del planeta genera la mitad de las emisiones de combustibles fósiles causantes del calentamiento global, mientras que la mitad más pobre contribuye en un 10%.
Esa desigualdad federa a países en desarrollo -grandes y pequeños, desde India a Nicaragua- que siguen empujando por una "diferenciación" a la hora de reducir las emisiones de dióxido de carbono y convertirse a la economía verde.
Al igual que Venezuela, Nicaragua se abstuvo de presentar su plan de acción nacional de reducción de emisión de gases responsables del cambio climático como ya lo hicieron más de 183 países sobre un total de 195.
El canciller francés Laurent Fabius, que preside la cumbre, señaló que los conceptos de "justicia climática" y "responsabilidad histórica" de los principales emisores que ya construyeron su prosperidad son argumentos recurrentes en las conversaciones.
Algunos consideran que un desbloqueo importante en ese rubro durante la recta final de negociaciones la semana próxima podrá ser el catalizador de un acuerdo.
"El financiamiento podría ser el acelerador que nos va a llevar a la línea de llegada", dijo Harjeet Singh de ActionAid.
Desde 2009 está sobre mesa que, para 2020, el Norte financie la reconversión al desarrollo sostenible del Sur con $100.000 millones anuales.
En 2010, en Cancún (México), se apuntaló esa iniciativa mediante la creación de un Fondo Verde del Clima, que este año comenzó por ejemplo a financiar dos proyectos en América Latina, uno en la Amazonía peruana y otro del BID en toda la región con una fase piloto en México.
Además de los montos, en París se discute la forma en que se canalizarán mediante mecanismos transparentes para evitar que aterricen en bolsillos equivocados.
"El financiamiento es dinero pero también es importante mirarlo como un proceso, como un rompecabezas que requiere elementos importantes para que funcione de manera efectiva", comentó Andrea Rodríguez Osuna, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA).
Reducción de la exclusión social, transparencia, construcción de capacidades y sobre todo el involucramiento de la sociedad civil en el monitoreo de los programas verdes son partes fundamentales de ese rompecabezas.
En París también se discute un mecanismo para revisar el acuerdo negociado que entrará en vigor en 2020 según un mecanismo que podría ser quinquenal y que está "generando una convergencia general", según Alden Meyer.
Según Sandra Guzmán, coordinadora del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), la construcción de ese mecanismo de medición, reporte y verificación (MRV) es esencial "pues de ello depende conocer la cantidad exacta de recursos que se promete, se transfiere, se asigna, y sobre todo la forma en la que este recurso se utiliza, para garantizar que el financiamiento cumpla con los objetivos de mitigación y adaptación".
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03-12-15 15:52 #12926807 -> 12926806
Por:Marceloo

RE: El Cambio Climático
Consumir más conservar más: lo sentimos, pero no podemos permitirnos ambas cosas.

George Monbiot

28/11/2015
Sin Permiso

El crecimiento económico está haciendo trizas el planeta y nuevas investigaciones sugieren que no puede conciliarse con la sostenibilidad.

Lo podemos tener todo: esa es la promesa de nuestra época. Podemos poseer cualquier artilugio que seamos capaces de imaginar…y hasta unos cuantos que no. Podemos vivir como monarcas sin comprometer la capacidad de la Tierra para sustentarnos. La promesa que hace posible todo esto es que a medida que las economías se desarrollan, se vuelven más eficientes en su uso de los recursos. Dicho de otro modo, se desacoplan.

Hay dos clases de desacoplamiento: relativo y absoluto. El desacoplamiento relativo significa utilizar menos materiales con cada unidad de crecimiento económico; el desacoplamiento absoluto significa una reducción total en el uso de recursos, aunque la economía siga creciendo. Casi todos los economistas creen que el desacoplamiento – relativo o absoluto – constituye un rasgo inexorable de crecimiento económico.

Sobre esta noción descansa el concepto de desarrollo sostenible. Se sitúa en el centro de las conversaciones sobre cambio climático de París del mes que viene y de cualquier otra cumbre sobre cuestiones medioambientales. Pero parece que no tiene fundamento.

Un documento publicado este mismo año en Proceedings of the National Academy of Sciences propone que hasta el desacoplamiento relativo que decimos haber logrado es un constructo de falsa contabilidad. Señala que gobiernos y economistas han medido nuestros impactos de un modo que parece irracional.

La falsa contabilidad funciona del siguiente modo: toma las materias primas que extraemos en nuestros respectivos países, las añade a nuestras importaciones de cosas de otros países y le resta luego nuestras exportaciones para acabar en algo denominado “consumo material interno”. Pero al medir sólo los productos que se mueven de un país a otro, en lugar de las materias primas necesarias para crear esos productos, subestima enormemente el uso total de recursos por parte de los países ricos.

Por ejemplo, si los metales se extraen y procesan en el propio país, esas materias primas, lo mismo que la maquinaria y la infraestructura utilizadas para producer un metal acabado se incluyen en las cuentas de consumo material interno. Pero si compramos un producto de metal en el exterior, sólo se cuenta el peso del material. De modo que a medida que la minería y las manufacturas se desplazan de países como el Reino Unido y los EE.UU. a países como China e India, da la impresión de que los países ricos usan menos recursos. Una medida más racional, llamada huella material, incluye todas las materias primas y los usos económicos, donde quiera que sea que se extraigan. Cuando se toman en cuenta, desaparecen esas aparentes mejoras de eficiencia.

En el Reino Unido, por ejemplo, el absoluto desacoplamiento que parecen mostrar las cuentas de consumo material se ve reemplazado por una gráfica completamente distinta. No solo no existe un desacoplamiento absoluto, es que tampoco hay desacoplamiento relativo. De hecho, hasta la crisis financiera de 2007, la gráfica seguía la dirección: relativa incluso respecto al aumento de nuestro producto interior bruto, nuestra economía se estaba volviendo menos eficiente en su uso de materiales. Contra todas las predicciones, se estaba produciendo un reacoplamiento.

Si bien la OCDE ha afirmado que los países más ricos han reducido a la mitad la intensidad con que utilizan recursos, el nuevo análisis sugiere que en la UE, los EE.UU., Japón y las demás naciones ricas, no se ha producido “mejora alguna en absoluto en la productividad de los recursos”. Esta es una noticia asombrosa. Parece convertir en un sinsentido todo lo que se nos ha dicho acerca de la trayectoria de nuestros impactos medioambientales.

Envié el documento a uno de los principales pensadores británicos sobre esta cuestión, Chris Goodall, quien ha sostenido que el Reino Unido parece haber alcanzado un “pico de materiales”: dicho de otro modo, que se ha producido una reducción total en nuestro uso de recursos, también conocida como desacoplamiento absoluto. ¿Qué pensaba él?

Dicho sea en su inmenso honor, respondió que “en términos generales, tienen, por supuesto, razón”, aunque el nuevo análisis parece socavar el supuesto que ha elaborado.

Tenía él, sin embargo, varias reservas, sobre todo acerca del modo en que se calculan los impactos de la construcción. También consulté al principal experto académico sobre el tema, el profesor John Barrett. Me dijo que él y sus colegas habían llevado a cabo un análisis similar, en este caso sobre el uso de energía y las emisiones de invernadero en Gran Bretaña, “y encontramos un patrón similar”. Uno de estos documentos revela que mientras que las emisiones de dióxido de carbono cayeron oficialmente en 194 millones de toneladas entre 1990 y 2012, esta aparente reducción queda más que cancelada por este CO2 que contratamos comprando cosas en el extranjero. Esto se elevó 280 millones de toneladas en el mismo periodo.

Docenas de trabajos más llegan a conclusiones semejantes. Así, por ejemplo, un informe publicado en la revista Global Environmental Change llegó a la conclusión de que cada vez que se dobla la renta, un país necesita un tercio más de tierra y océanos para apoyar su economía debido al aumento de su consumo de productos animales. Un trabajo reciente de la revista Resources llegó a la conclusion de que el consumo global de materiales ha aumentado en un 94% en 30 años y se ha acelerado desde el año 2000. “En el curso de los últimos 10 años no se ha alcanzado ni siquiera un desacoplamiento relativo a escala global”.

Podemos persuadirnos de que vivimos de la nada, flotando en una economía sin peso, como predijeron ingenuos futurólogos en la década de 1990. Pero se trata de una illusion creada por la irracional contabilidad de nuestros impactos medioambientales. Esta ilusión permite una aparente reconciliación de medidas políticas incompatibles.

Los gobiernos nos apremian a consumir más y conservar más. Debemos extraer más combustibles fósiles del subsuelo, pero quemar menos. Deberíamos reducír, reutilizar y reciclar lo que entra en nuestros hogares y al mismo incrementarlo, desecharlo y substituirlo. ¿De qué otro modo puede crecer la economía del consumo? Tendríamos que comer menos carne parea proteger el planeta vivo, y comer más carne para impulsar el sector agrícola-ganadero. Esas medidas políticas son irreconciliables. Los nuevos análisis sugieren que el crecimiento económico es el problema, independientemente de que la palabra “sostenible” se le atornille encima.

No es solo que no encaremos esta contradicción; apenas sí hay quien se atreva a nombrarla. Es como si la cuestión fuera demasiado grande, demasiado aterradora como para contemplarla. Parecemos incapaces de enfrentarnos al hecho de que nuestra utopía es también nuestra distopía, que la producción parece indistinguible de la destrucción.

George Monbiot
es uno de los periodistas medioambientales británicos más consistentes, rigurosos y respetados, autor de libros muy difundidos como The Age of Consent: A Manifesto for a New World Order y Captive State: The Corporate Takeover of Britain, así como de volúmenes de investigación y viajes como Poisoned Arrows, Amazon Watershed y No Man's Land.

Fuente:
The Guardian, 24 de noviembre de 2015
Traducción:
Lucas Antón
Puntos:
03-12-15 15:54 #12926808 -> 12926807
Por:Marceloo

RE: El Cambio Climático
Requiem para una especie inteligente.

Alejandro Nadal

La Jornada ( México )
miércoles, 02.12.2015

Un día le preguntaron al astrofísico Neil de Grasse si creía que había vida inteligente en otros planetas. Para responder señaló que primero se necesitaba una definición de lo que es vida inteligente. Acto seguido y con gran ironía propuso que una especie alcanza esa distinción cuando tiene la capacidad de autodestruirse. Con esa definición la humanidad calificaría perfectamente para ser considerada ejemplo de vida inteligente. Habría que añadir que hay muchos caminos hacia la autodestrucción y uno de ellos podría ser el que hemos emprendido en el terreno del cambio climático.
Desde hace años la comunidad científica viene alertando sobre los efectos de la acumulación de gases invernadero en la atmósfera. Antes de la revolución industrial la concentración de dióxido de carbono (CO2) se mantuvo en niveles bajos (en promedio unas 280 partes por millón, ppm) pero a partir de 1850 comenzó a aumentar rápidamente. Hoy rebasa las 400 ppm y es evidente que está siendo impulsada por la actividad humana.

Desde 1850 la temperatura aumentó 0.85 grados centígrados. Se calcula que con concentraciones estables de CO2 cercanas a las 450 ppm el aumento de temperatura tiene altas probabilidades de mantenerse en 2 grados centígrados y aunque los efectos serían severos se podría evitar una catástrofe. Para alcanzar esta meta se necesita recortar el nivel de emisiones de manera radical.

En 1992 se firmó la Convención marco sobre cambio climático (UNFCCC) y la información científica sobre la acumulación de CO2 en la atmósfera y sus peligros era ya bastante bien conocida (aunque mucha gente seguía en una fase de negación). Sin embargo, las emisiones anuales de CO2 crecieron vertiginosamente, pasando de 22.5 gigatoneladas en 1992 a 36.3 gigatoneladas en 2013.

Para permanecer en el umbral de los 2 grados centígrados las reducciones anuales de emisiones deben alcanzar las 55 giga toneladas para el año 2050. ¿Permitirá la COP21 que se desarrolla en París alcanzar este objetivo? La respuesta es negativa.

La COP21 debe alcanzar el acuerdo para un nuevo protocolo que seguramente será anunciado como un gran triunfo en la lucha por reducir los niveles de emisiones de gases invernadero. El nuevo acuerdo recibirá el nombre de Protocolo de París y ya se conoce el texto (https://nfccc.int/resource/docs/2015/adp2/eng/8infnot.pdf). El más importante de sus componentes serán los compromisos nacionales de reducción de emisiones. Estas están siendo determinadas por cada país, independientemente y de manera voluntaria. De este modo se romperá definitivamente con el esquema que animaba el ahora difunto Protocolo de Kioto: ya no habrá metas obligatorias determinadas a nivel internacional.

Las metas voluntarias tienen dos características negativas. La primera es que no están determinadas en función del tope agregado que tiene la atmósfera para mantenernos en el rango del cambio de 2 grados centígrados. Cada país es libre de fijar sus metas para el año 2050 en términos de su estrategia económica, pero no en función del tope global de 450 ppm. Esta desvinculación explicaría el que los planes de reducción de emisiones que hoy ha recibido la UNFCCC apenas alcanzan las 44 giga toneladas, cantidad muy por debajo de la cantidad requerida para alcanzar la meta de 450 ppm.

El segundo defecto es que el incumplimiento de las metas voluntarias no acarrea ningún tipo de sanción. Más allá de una mala reputación no hay consecuencias por incumplimiento. En cambio, como en muchos tratados internacionales sí existen incentivos para la no observancia de los compromisos adquiridos. El Protocolo de París se coloca entonces en la trayectoria establecida en la cumbre de Copenhague hace seis años en la que un pequeño grupo de países impuso la idea de compromisos voluntarios en lugar de metas internacionalmente determinadas y con poder legal vinculante.

La prensa internacional pregunta si los representantes de las 195 delegaciones nacionales podrán alcanzar un nuevo y audaz acuerdo. Pero si ya se conoce el borrador base del Protocolo de París, ¿sobre qué exactamente versarán las arduas negociaciones? Si los compromisos nacionales son independientemente determinados no se ve bien cómo podrían ser objeto de negociaciones. En cambio, las aportaciones al fondo financiero de ayuda a los países más afectados por el cambio climático sí será objeto de fuertes discusiones. Pero una buena parte de ese fondo serán promesas cuyo cumplimiento será difícil verificar.

Hace seis años, en la COP15 de Copenhague se prometió a los países en vías de desarrollo un flujo de 100 mil millones de dólares anuales y a la fecha sólo se han entregado unos 62 mil millones. En la COP21 los delegados de los países pobres tendrán que aceptar las promesas como buenas para no regresar a casa con las manos vacías.

Todo parece indicar que la COP21 no podrá estabilizar la concentración de gases invernadero en la atmósfera. Nuestro emblema de especie inteligente en el sentido de Neil de Grasse podría recibir un nuevo brillo en París.

Twitter: @anadaloficial
Puntos:
06-12-15 21:34 #12928211 -> 12926808
Por:Marceloo

RE: El Cambio Climático
El Papa Francisco en el Angelus
06 de diciembre de 2015

El Papa pide a la Cumbre de París “detener el cambio climático y la pobreza”

Texto completo de las palabras del Papa después de la oración del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas.

Sigo con gran atención los trabajos de la Conferencia sobre el clima en curso en París, y me vuelve a la mente una pregunta que hice en la encíclica Laudato si ''¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?'' (n. 160). Por el bien de la casa común, de todos nosotros y de las futuras generaciones, en París todo el esfuerzo debe estar dirigido a la mitigación de los impactos de los cambios climáticos y, al mismo tiempo, a contrastar la pobreza para que florezca la dignidad humana. Recemos para que el Espíritu Santo ilumine a todos los que están llamados a tomar decisiones tan importantes y les dé el coraje de tener siempre como criterio de elección el bien mayor para la familia humana.
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