San Esteban del Molar - Zamora

El sábado, en medio del fragor de la campaña electoral, un periódico de difusión nacional hacía saber a cuatro columnas que en el primer trimestre de este año, cuando la recuperación ya era oficial, cuando nuestro PIB crecía el doble que la media europea, el número de hogares españoles sin un solo ingreso había aumentado en 40 mil.

Había aumentado: eran ya 770 mil los hogares españoles en los que ninguno de sus miembros aporta un euro. No entra un sueldo, ni una pensión, ni un subsidio, nada, cero. Son datos oficiales de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística.

Es impresionante la naturalidad con que está siendo digerida por todos esta dramática evidencia, empezando por el partido en el poder, que se atreve a alardear de una gestión con efectos secundarios de esta gravedad.

No olvidemos: a medida que avanza la recuperación, aumenta el número de excluidos cuya única esperanza es la beneficencia. Es muy duro tener que vivir sin escapatoria en un modelo en el que no se puede creer.

Los políticos están en celo, se muestran suaves y simpáticos, para que no te confundan imagínatelos cuando están robando y cagando, las dos actividades que con mayor frecuencia vienen realizando y vas a ver como a partir de ahora las encuestas comienzan a darte de lado.

Soneto indignado

Los políticos están en campaña,
se nos muestran viviendo en sociedad,
ofrecen esperanza, felicidad
y representan la misma patraña.

Prometen que tirarán de la manta
contra los hechos de sus adversarios
con los que hacen pactos rutinarios
y el polvo no se les atraganta.

Está muy tranquila la monarquía
al no darse el estallido social
y satisfecha la oligarquía.

Con los pactos pierden los de abajo
y los del sistema neoliberal
les dirán que se vayan al carajo.

El Ciego del Molar