Muelas de los Caballeros - Zamora

¿Es el perro el mejor amigo del hombre? Posiblemente. Lo que no está nada claro es que el hombre sea el mejor amigo del perro, ni siquiera un buen amigo del perro. Sí, sí, mucho cuento, mucha palabrería pero, a la hora de la verdad, el perro se queda tirado en la cuneta... Y es ahora, en verano, cuando los perros estorban. Y a veces no son sólo los perros...

Un abrazo

ROMANCE DEL PERRO DESVENTURADO

Siendo una hora imprecisa
de una mañana cualquiera,
un perro desventurado
olisqueaba a mi puerta.

- ¿Qué haces aquí, perro tonto?

- Ando buscando a mi perra.
Mi perra blanca, lanuda,
con arrequives y perlas;
vestida toda de largo,
muy rozagante, muy bella.
Tiene un lunar en el pecho
y un corazón y una estrella.
Por el lunar sabe a noche
cerrada como tiniebla;
la estrella tiene una cola
y el corazón una flecha.
Puede que tú la hayas visto,
puede que pronto la veas.
Sus ojos son como auroras
que amasan pan de cerezas.
Abre la boca con gracia
y tuerce un punto la lengua.
Tres días llevo buscando,
tres largas noches sin verla.
Mi corazón está herido
con una herida muy densa.
¿Adónde irán estos ojos
dolientes como tristezas?
Temo que un perro la engañe
con gullería y zalemas;
o que la arrastre un mal viento
donde jamás la devuelva.
Los perros somos olfato,
instinto, naturaleza,
y ella es un chucho inocente
que tiene el celo a las puertas.

- O yo ando mal del oído
o estaba hablando esta bestia.
¿Cómo es posible que un perro
pueda contarme sus penas?
Sin duda tengo en las mientes
historias, cuentos, leyendas
de lengua periclitada,
de antigua prosopopeya.
Vete de aquí, perro tonto,
vete a buscar a tu perra.
Yo he visto a una en la fuente
muy rozagante, muy bella;
vestida toda de largo,
con arrequives y perlas;
con un lunar en el pecho,
un corazón y una estrella...
... ¿Adónde vas, perro tonto...?
También tenía una... ¡espera!

Siendo una hora imprecisa
de una mañana cualquiera,
un perro desventurado
olisqueaba a mi puerta.
No quise echarlo a pedradas,
mas le ordené que se fuera:
Vete de aquí, perro tonto,
¿qué haces oliendo a mi puerta?
Venía yo de la fuente
con mucho sol y agua fresca.

Mariano Estrada
Del libro “Trozos de cazuela compartida”

Así es, Mariano, el perro es el mejor amigo del hombre; en muchas ocasiones, esa amistad no es tan recíproca por desgracia. Y, como dices, a veces no sólo se abandona a los perros en la cuneta, sino también a los ancianos. Para mí un viejo, un senecto, es un ser sagrado, más aún si su vida es digna de haber sido vivida (tampoco nos pongámos universalistas, que algunos pinochetes bien merecen un coscorrón, como mínimo).

Cuesta entender que los humanos condenemos a los senectos y a los perros; los unos y los otros aportan a cada familia un bálsamo de felicidad y compañía. Es cierto que los viejos necesitan ciertos cuidados, en ocasiones, muy sacrificados... ¿Y qué?

¿Por qué se cuida con tanto mimo a los bebés y, sin embargo, nadie quiere mimar a los senectos? Dios mío, este mundo es raro, raro, raro... O tal vez deba decir aquello de: "cuando te hablen de amor y de ilusiones... les diré que vengo de un mundo raro...".

Saludos.

El perro, como todos los animales, en muchos aspectos es muy superior al hombre: olfato, oído, visión, agilidad, reflejos, sentido de la orientación, fidelidad, y en casi todo, salvo en discurrir cómo ponerle trampas cuando aquél todavía era lobo. El hombre, consciente de sus limitaciones, siempre quiere tener como esclavo a un ser superior a él, así ocurrió con los esclavos negros de África, que aún siendo personas físicamente superiores, fueron tratados como perros por el hombre blanco hasta que se revelaron. Porque no se revela, el hombre considera al perro su mejor amigo, pero aún no sabemos por qué lo acepta el perro.

He visitado a los perros de Miguel, que todavía quedan en la perrera. Están tristes y asustados detrás de una alambrada, a la espera de que alguien los adopte. Por qué, si eran libres, Miguel que no ejercía de Señor, y estaban perfectamente adaptados a la naturaleza.

El diluvio no dio buen resultado: quedó el hombre.

“El médico ve al hombre en toda su debilidad; el abogado, en toda su maldad, y el sacerdote, en toda su estupidez” A. Schopenhauer

¿Cómo verían estas tres autoridades al perro, a parte del mejor amigo?

Saludos.