Esta foto, así como la de los helechos y la de los cucumillos son de Mariano Estrada, que soy yo. Las envié, por despiste, como usuario no registrado.
Mirándola, además, escribí un comentario que luego convertí en un artículo. Éste que ahora cuelgo
Un abrazo
Pensamientos emanados de una foto de otoño Ayer le mandé a una amiga un correo con esta foto de otoño, en el que se incluían las dos primeras frases del texto que dejo a continuación. Luego, con estas mismas palabras, fui a poner la foto en la lista de Paisajes Literarios, pero el texto se estiró como si fuera una goma. Quedando como sigue:
Querida Ausentia: Pasear por las orillas del Fontirín, ver caer las primeras hojas de otoño sobre el agua, sentir el placer de la belleza, pero también el dolor de no tenerte a mi lado para compartirla... Esas son las cosas que, de los días pasados en Muelas de los Caballeros (9,10 y 11 de octubre del 2007), me quedarán para siempre en la memoria. La fotografía es un tenue reflejo de una realidad obsecuente y viva, mucho más de lo que puedas imaginar al contemplarla. Ten en cuenta que faltan los crujidos de la naturaleza emergiendo bruscamente de muy hondos silencios, y los siempre deseados conciertos de los pájaros. Es un sitio excelente para amar, y, en su defecto, para presentir el amor que, un día cualquiera del futuro, buscará aquí las mieles de la dicha. Pues bien, en este lugar concreto y perdido de la Carballeda zamorana, se comprenden aún menos las cosas que están pasando actualmente en el mundo: insultos, abusos, agresiones, patadas, tortazos, zafiedad, guerras, bombas... Y mucha mala leche sin justificación. No sé, parece que nos va mucho la marcha, pero una marcha mala de solemnidad, burda, hortera, matona, deshumanizada, tirando incluso a fúnebre. Deberíamos forzar un poco la imaginación y ser mucho más vivaces, generosos y divertidos.
Todo el mundo lo sabe, pero nadie parece dispuesto a rectificar para corregir tanta barbarie, tanta estolidez, tanta bazofia. Empezando por los políticos que, además de mentirosos, obscenos y egoístas, son los peores aliados de la convivencia. En realidad son sus más entusiasmados destructores. No hacen otra cosa que insultarse con saña unos a otros, tirarse piedras durante todo el santo día, joderlo todo a su gusto y, sin embargo, no asumir ninguna responsabilidad. Yo estoy harto de oírles, porque es que, además, son unos vulgares vocingleros ¿O preferís que les llame simplemente bocazas?
Los políticos, al menos los que tocan un poco de poder –y siempre con las debidas excepciones-, son unos individuos que derrochan a manos llenas los fondos que deben administrar por encargo de los ciudadanos, pero de paso corrompen cuanto pueden y malversan incluso la inteligencia, si es que tiene alguna. Y encima les damos de comer en comederas de lujo. Cobran más que nadie y se ríen cuanto quieren de nosotros, que sin duda lo merecemos ¿Por qué otro nombre llamarles, sino por el suyo? Malandrines ¿Será éste el que mejor les conviene? Y encima les votamos. Y, para acabarlo de rematar, tenemos que perder para hacerlo una buena parte de la mañana. O de la tarde. Con lo bien que estaríamos a las orillas de un río, paseando por los carriles que la lluvia va dejando en el monte, compartiendo con alguien las cosas reservadas a la intimidad.
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
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