Felicidades, Patricia Queridos amigos: Hoy es San Patricio, patrono de Irlanda, y es también el santo de mi hija, que sólo celebra en la intimidad. Lo que pasa es que yo, que no suelo acordarme de estas cosas, hoy me he acordado casualmente y no quiero desaprovechar la ocasión de felicitarla. Esta nota me servirá de recordatorio para cuando la vea, que será un poco más tarde, porque hoy aún no la he visto. Cuando estaba fuera estudiando, solía mandarle alguna que otra carta, pero ¿qué sentido tiene mandársela ahora que está en casa y puedo mirarla de frente, darle un beso y apretujarla en un abrazo? Lo que sí voy a hacer es dejar aquí una de aquellas cartas, en la que, entre otras cosas, se pone de manifiesto el paso del tiempo. Entonces empezaba periodismo en Valencia, ahora está recién licenciada en Publicidad por la Universidad de Alicante. Felicidades, Patricia. Te quiero. Un abrazo Querida Patricia: Este del carteo, llamado también epistolar y ahora un tanto en desuso, es un género literario al que le va bien la distancia. Y la distancia, que para cierto tipo de amor es el olvido -dice una canción-, en nuestro caso es justamente su antítesis pues, montescos o capuletos, nosotros somos de una misma familia... Así que me he puesto a escribirte, ¿qué podía hacer si, yendo tú de compras, has hecho inoperante el teléfono? Además, como género literario, el teléfono es El último de la fila.¿No? ¡Y es que canta tanto!... Querida Patricia: Creo que entenderás este exordio que, en términos generales, debería significar una rotura del hielo. Otros lo rompieron así: "Querido amigo, carta te escribo, si no estás muerto estás vivo" O así: "Querida hija: espero que al recibir esta carta estés bien de salud; nosotros bien, a Dios gracias" (Este último, que tiene aromas antiguos, es el modo católico, apostólico y romano de toda la vida. ¿Para qué esforzar el magín si el hielo va a romperse lo mismo con un encabezamiento inventado?) Lo cual que ya podemos entrar en materia (Ésta es una expresión umbraliana que, al margen de su corrección, a mí se me indigesta bastante). Si se tratara de novelar, y lo hiciéramos de una forma ortodoxa, estaríamos entrando en el nudo. ¿Te apetece un nudo gordiano, corredizo, marinero...? Claro que algunos escritores del momento se han empeñado en ocupar las librerías con sus moldes rotos. Así, hay novelas en las que todo es exposición, novelas en las que todo es desenlace y novelas donde sólo hay negación de los cirios. Habrá que volver a Camilo José Cela, que, con la naturalidad de la que hace gala (y Gala también), se echó el siguiente piropo : "Se puede novelar más, pero no mejor". Y es que, como ves, desde que Unamuno inventó la "nivola", cada uno se lo monta a su aire. Algunos, incluso, Donde da la vuelta el aire, que ese es el caso de Torrente Ballester. ¿Y cuál es entonces la materia? Pues la materia... eres tú, que diría Gustavo Adolfo Bécquer. ¿Acaso no me pediste que te escribiera una carta? ¿O es la propia carta, la materia? ¿El amor, quizás, un amor de padre que, sosegado y sereno, no está abocado a la tragedia ni al olvido? ¿Un amor de hija que la distancia abrillanta y engrandece? ¿La soledad tal vez, tal vez la morriña? ¿Otro tipo de amor, el que hace "desmayarse, atreverse, estar furioso" y tú estás en edad de sentir y acaso sientes? ¿La amistad, los exámenes, el compañerismo?... Estos, y otros muchos, han sido, son y serán asuntos propios de novela, es decir, asuntos de la propia vida que la novela reordena, adecua, transforma y ofrece luego al lector como alimento. Por eso suelen ser extremados, hiperbólicos, descomunales o pantagruélicos (Pantaguel es el protagonista de una novela de Rabelais). Lo normal no engorda al lector que, siendo él un corte de normalidad , necesita elevarse sobre sí mismo para ser alguna vez protagonista. Así, la vida es evasión o sucedáneo allí donde no podemos vivirla en carne propia y en su total intensidad. Querida Patricia: como ya hizo Unamuno con la novela, te he escrito una carta explicándote lo que es una carta. Y me he sentido bien sabiendo que, a pesar de ser "diferente" a las anteriores, vas a leerla con gusto. Que las musas de la Universidad inspiren tus exámenes de febrero y que te sirvan de alfombra las innúmeras flores de Valencia. (Magnificación de un amor familiar que, en otros tiempos y a modo de despedida, solía ser de esta forma: "Por la presente, nada más, recibe el cariño de tus padres y hermano, que lo son... Rosa, Mariano y Daniel ") Recuerdos a tus compañeras de pis... La Vila Joiosa, 18-01-97 Mariano Estrada, your Daddy P.D. (Antiguamente, las cartas solían llevar una posdata, también llamada escolio, que era algo así como un reservado para apuntillar los olvidos: "Mamá dice que comas, que te abrigues bien y que no te acuestes muy tarde"). Por cierto, he visto a María esta mañana; yo pasaba en el coche y, a causa de la velocidad, no me ha dado recuerdos; no obstante, me ha dicho adiós con la mano y yo intuí en su saludo y en su cara soleada y sonriente un pensamiento hacia ti...
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