15-02-06 16:08 | #187363 |
Por:No Registrado | |
¿Estamos destruyendo la democracia en España? Os cuelgo este artículo de Joseba Arregui, de hoy en el ABC. Para pensar. "La oposición tiene el deber de preocuparse JOSEBA ARREGI Aunque las reflexiones que siguen bien pudieran llevar por título Prohibido tener esperanza, si he elegido el sentido inverso para el título del artículo es porque, normalmente, es el Gobierno, es el partido en el poder el que primero debe estar sometido a la crítica. Lo cual no es óbice para que el o los partidos de la oposición -en el caso español sólo hay un partido de la oposición, pues los demás han claudicado de su deber de oposición aunque no formen parte del Gobierno- sean también criticados.Conviene recordarlo, pues los socialistas tenían razón cuando en la Legislatura pasada criticaban al entonces presidente Aznar, diciendo que se dedicaba a hacer oposición de la oposición, trastocando los usos democráticos. Algo de eso está ocurriendo también ahora, pero a la inversa. Parece que la política española se ha convertido en el arte de acuñar una palabra o término que caracterice, con apariencia de dar en el clavo, al adversario político. El Partido Popular lo utilizó ampliamente cuando acuñó la frase de que el PSOE era «el partido del GAL y de la corrupción». Todo lo demás quedaba fuera: la política económica, la política internacional, la política sanitaria o la política de desarrollo autonómico: el socialismo español quedó presa de la caracterización simplificadora que de él hizo el adversario político. Lo mismo sucedió con Aznar: terminó siendo el Aznar de «la foto de las Azores», el Aznar de «la Guerra de Irak», el Aznar de la «mentira», e incluso el Aznar de la «involución autonómica», es decir, el Aznar autosatisfecho, autoritario, derechoso e incapaz de percibir siquiera a otro político o al otro lado político.Su gestión económica, su política de desarrollo autonómico -la elevación del tramo de financiación, la finalización de la transferencia de las políticas sanitarias y educativas, la renovación por tiempo indefinido y en las mejores condiciones técnicas posibles de la Ley de Concierto Económico-..., todo lo demás quedó eclipsado. Ahora, el partido en el poder practica la misma técnica con el de la oposición: el PP es «el partido de la crispación y de la soledad». Todo lo que hace el Partido Popular es, para los socialistas españoles, crispar. Nada hay de crítica objetiva en sus manifestaciones.Nada de lo que dicen los populares hay que tenerlo en cuenta.Todo es pura crispación, intento de desgastar al partido en el poder, intento de desgastar al presidente del Gobierno. Esta circunstancia es preocupante en cualquier democracia. Lo normal es que sea la oposición la que diga lo que le parece que el Gobierno, quien ejerce el poder, está haciendo mal. Lo normal es que el partido en el Gobierno se preocupe por la crítica de la oposición. Lo normal es que el partido en el poder escuche lo que dice la oposición. Y lo normal es que sea el Gobierno quien asuma la responsabilidad de buscar el consenso con la oposición en las cuestiones de Estado. Es el reparto de papeles previsto en las democracias. Pero en el caso español es a la inversa: la responsabilidad de buscar el consenso en las cuestiones de Estado se la pasa el Gobierno a la oposición, es la oposición la que debe escuchar lo que dice el Gobierno, es la oposición la que debe estar preocupada y dispuesta a corregir su comportamiento, es la oposición la que es objeto de crítica permanente por parte del Gobierno. Y es cierto que no pocas cosas se pueden y se deben criticar de la actuación de la oposición. Pero no es precisamente el Gobierno el más adecuado para decirlo. Es cierto que el Partido Popular está solo, y no basta con que recuerde que está solo con 10 millones de votos, pues sabe, o debiera saber, que en España la mayoría absoluta está muy cara, y que para poder gobernar se necesita casi siempre romper la soledad. Es cierto también que el Partido Popular tiende a la sal gorda, al tremendismo, a las palabras redondas, que huye de la matización y de la crítica diferenciada. Pero el Gobierno no puede prohibir, ni a la oposición -ni a ningún ciudadano-, que se preocupe por las políticas que practica y por las consecuencias que dichas políticas puedan tener. El Gobierno no puede obligar a nadie a pensar que, se haga lo que se haga, nunca pasa nada, que da igual aquello que se haga pues las consecuencias no tienen importancia alguna -una forma perfecta de devaluar su propia actuación-. Se puede estar preocupado por la política autonómica del Gobierno de Zapatero: por no haber acometido la reforma constitucional primero, y dentro de ella, la reforma a fondo del Senado, para después emprender las reformas estatutarias. Algunos están preocupados, con razón, por la bilateralidad que se va creando y que sólo se puede superar con una reforma profunda de la Cámara Alta.Algunos están preocupados por lo que para la libertad de los ciudadanos significa el deber de conocer el catalán elevado a la categoría estatutaria, cuando poniéndose a reformar, se podía haber optado por modificar la Constitución en ese apartado y dejar el deber de conocer el español en una constatación de su valor como lengua franca para todos los ciudadanos -y muchos otros que no lo son-. Y ninguna de todas estas preocupaciones implican anticatalanismo, ni voluntad de inmovilismo, ni crispación. Son manifestaciones propias de la crítica política sin que por ello la democracia desaparezca. Y lo mismo, pero con más gravedad aún, vale para la política antiterrorista: si se puede pensar hoy en la desaparición definitiva de ETA es gracias a la política que todos los poderes del Estado han llevado a cabo en los últimos años, especialmente durante el segundo gobierno Aznar; política sustentada en el pacto por las libertades y que tuvo como consecuencia directa la ilegalización de Batasuna. Y no son pocos los que perciben con preocupación la tendencia del Gobierno a creer que ha llegado el momento de recoger los frutos y ceñirse la aureola de la paz, dejando como si fuera de otros tiempos la misma política cuya eficacia les permite hablar en los términos que utilizan. Es posible y necesario preocuparse por todo lo que en el contexto de la pacificación se dice y se hace, empezando por la palabra misma: quien tiene la llave de la paz no es otra que ETA, para lo cual tiene que dejar de usar la violencia para aterrorizar a personas concretas, a grupos concretos, y no el Gobierno, no el Estado, a no ser que esté dispuesto a conceder a ETA algo que siempre ha querido. Como no es así, y ateniéndonos a lo que afirman permanentemente, aunque varíen de fórmula, es decir, que el Estado no va a pagar precio político alguno, es preciso llamar a las cosas por su nombre: paz es que ETA desaparezca como organización terrorista, que sea derrotada políticamente.Y una vez que esto suceda, cuando esté claro que no hay nada político que hablar con ETA, pues ya ha dejado de existir como tal, se acometerá la cuestión de los presos. Una vez que la banda terrorista sea derrotada políticamente. Una vez constatada dicha derrota. Ruidos, rumores, conversaciones que no son negociaciones; cocinas previas, contactos, disposición a asumir la fórmula catalana para Euskadi, fórmulas para una dieta vasconavarra, mesas de normalización, discurso de plurinacionalidad, fórmulas para hablar de consulta popular sin que parezca que se habla de autodeterminación: razones, una y muchas, para estar preocupados. El poder corrompe. Por eso la democracia no puede vivir sin la crítica. Es cierto que el ruido popular impide no pocas veces escuchar la crítica razonada. Pero no es democrático oponer al ruido la confianza ingenua en el poder: así se acaba la democracia." Joseba Arregi es autor del ensayo La nación vasca posible y fue portavoz del Gobierno vasco con el lehendakari Ardanza. | |
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15-02-06 19:13 | #187556 -> 187363 |
Por:Mariano Estrada ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE:¿Estamos destruyendo la democracia en España? Hola, Ramón: Un artículo interesante. Coincido con Joseba Arregui en que hay determinados cambios que tenían que hacerse previa reforma de la Constitución, como algunos hemos preconizado desde este foro en otras ocasiones. Reforma de la Constitución, reforma del Senado, reforma de los Estatutos. Ése era el orden, a mi modo de ver. Con implicación de todos los partidos políticos, que es la única forma que tenemos, por ahora, de implicar al conjunto la sociedad. En cuestiones que nos afectan a todos,lo que se legisle y se establezca con consensos muy débiles, nacerá necesariamente debilitado, especialmente viniendo, como venimos, de consensos muy amplios. Un abrazo | |
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20-02-06 12:11 | #190442 -> 187556 |
Por:No Registrado | |
RE:RE:¿Estamos destruyendo la democracia en España? Hola. Mi ausencia es culpa de la democracia. Me explico: estoy en el curso de doctorado "Ética y Democracia" (mención de calidad del Ministerio de Educación, por cierto), y voy muy liado. Además, de tanto leer y discutir sobre la democracia, uno ya casi no tiene ánimos para seguir el debate en otros foros. Sólo un apunte: ¿cuál es el límite de la democracia? Porque yo creo que la democracia es un marco político, el menos malo de los habidos hasta hoy. Ahora bien: ¿Es necesario democratizar las formas de vida? ¿O sólo apelar a la democracia como marco teórico-político, independiente de las formas y estilos de vida? Ahí queda la preguntita, que en nuestro curso de doctorado discutimos sin cesar. Abrazos, Agustín | |
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20-02-06 12:18 | #190448 -> 190442 |
Por:No Registrado | |
democracia Es posible que muchos no lo sepáis, pero estamos en unas fechas de estudios críticos de la democracia. Por algo será. Ahora mismo, han sacado nuevo libros dos pesos pesados de la filosofía. El debate está servido. Saludos, Agustín B. Barber, La democracia, Barcelona, Paidos, 2006. B. Barber, Un lugar para todos: como fortalecer la democracia y la sociedad civil, Barcelona, Paidós, 2000. Amartya Sen, La democracia (no recuerdo ahora la editorial). Saludos, Agustín | |
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20-02-06 17:12 | #190643 -> 190448 |
Por:No Registrado | |
RE:democracia (en nombre de la) Gracias por la mención de los libros, Agustín. Los compraré en cuanto pueda. Os cuelgo este artículo, brillamtemente escrito por Gistau en El Mundo. Las preguntas: ¿es posible dentro de una democracia cometer torpezas políticas antidemocráticas en nombre de no se sabe qué representación? ¿Se arrogan los políticos más representación de la que les otorgamos en cuestiones que no se plantearon antes de las elecciones? ¿Vulneran -ejerciendo el poder- las leyes (que nos dimos, las de todos) adaptándolas a sus necesidades de supervivencia como partido? Si hemos contestado sí a todas las preguntas, estamos fastidiados por no decir jodidos. También Rosa Díez manifiesta ese pesar en la carta a su presidente. Un abrazo, Ramón "Siempre alerta (por DAVID GISTAU) El largo proceso del cual estamos en el inicio del principio podrá darse por completado el día que David Delfín ponga a desfilar en la pasarela modelos vestidas con txapela y pasamontañas que no escandalicen a las précieuses exquisitas de la primera fila más que los uniformes nazis de la colección Siempre alerta en la presente edición de Cibeles. O sea, lo justo como para comentar a la hora del té las travesuras de un enfant terrible consentido como animador de tedios en el que la provocación es un juego rentable antes que un compromiso. La apropiación impune por parte de la moda de una estética vinculada al mal sólo es posible en una generación que se siente distanciada del horror, o porque no le afecta ya por el tiempo transcurrido o porque se ha esforzado en banalizarlo para poder olvidarlo.O para lograr que otros lo olviden, como es el propósito actual de esos mamporreros mediáticos del Gobierno que no hace tanto tiempo prestaban coartada intelectual, o por lo menos complicidad de silencio, a los asesinatos del GAL, y que, sin embargo, ahora favorecen con la misma naturalidad una corriente de banalización del horror etarra que pasa incluso por la equiparación en términos morales y aritméticos del dolor sufrido por los terroristas -sus caídos, sus encarcelados- con el de esos ciudadanos patosos que cometieron la torpeza de poner su nuca en el trayecto de una técnica moderna del nueve parabellum. Así, los viejos felipistas acaban de descubrirle a los terroristas una dimensión humana y una entidad política -la misma que niegan a las víctimas, sobre las que arrojan el rayo de la culpa como mulás tronantes- que les anima a comprenderles antes que a vencerles y que les inspira una ocultación de todos los males causados que crea el ambiente necesario, no ya para una claudicación, sino para que el hacha y la serpiente acabe como complemento de vestuario en la próxima generación, a la que se habrá impuesto por cauces propagandísticos ese olvido que anticipa la impunidad concedida por quien entiende la justicia como un estorbo, la dignidad como un lujo opcional y la fortaleza como un esfuerzo demasiado exigente. En tan solo un eslabón genealógico, el socialismo, respecto de ETA, ha pasado del asesinato a la conversación claudicante sin «vendedores ni vencidos», entre iguales. En ambos casos, la egolatría impone la convicción de estar cargado de una razón casi sacralizada desde la cual se puede atribuir a enrevesadas y pérfidas teorías de la conspiración cualquier crítica de aquéllos a los que primero se ha excluido del escenario por un sentido monopolizador del Estado como cortijo propio. Aun así, el próximo día 25 la calle demostrará que todavía hay quien se resiste a que, por segunda vez, el socialismo llene de vergüenza a la Nación por su modo de manejar a ETA, que ahora no es sino un modo de ser manejado por ETA." | |
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20-02-06 17:25 | #190652 -> 190643 |
Por:No Registrado | |
RE:RE:democracia (en nombre de la) Gracias por el artículo, Ramón. Muy bueno el artículo de Gistau. Ahora bien: lo de Rosa Díez es más grave. El Zapatero este se va a cargar todo el socialismo... Y a España. Saludos | |
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20-02-06 19:39 | #190755 -> 190442 |
Por:Mariano Estrada ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE:RE:RE:¿Estamos destruyendo la democracia en España? Querido Agustín: La pregunta que nos haces es muy complicada y sería necesario escribir un libro para poder responderla, pero vamos a dar unas pinceladas muy gordas. Para mí es evidente que la Democracia es un instrumento del que nos valemos para gobernarnos en sociedad, de manera que, mediante el sistema de mayorías, todo el mundo se sienta representado, defendidos sus derechos y fijadas sus obligaciones. Tanto da que la sociedad sea una tribu como un país gigante. Lo que pasa es que habrá distintos grados de complejidad. Por otra parte, dentro de lo que llamamos sociedad hay un sinfín de sub-sociedades, algunas de las cuales serán susceptibles de ser gobernadas democráticamente y otras no. Por ejemplo, las sociedades cooperativas sí lo son; las sociedades anónimas o similares, más difícilmente, aunque tal vez puedan serlo por estamentos y especialmente el estamento de los trabajadores, cuando éste es numeroso. De todos modos, yo no creo que la democracia deba trasladarse a ciertos ámbitos de la vida donde no concurre en absoluto el factor político o político-social. Está muy extendida la idea de que la democracia es la menos mala de todas las formas posibles de gobierno. Pero no es lo mismo la democracia sobre el papel que en la práctica. No es lo mismo la democracia asamblearia que la democracia de partidos. Y dentro de ésta última, no es lo mismo con las listas cerradas que con las listas abiertas. En cualquier caso, el auténtico problema de la democracia es que en la actualidad está bastante desvirtuada, por no decir corrompida, por los poderes económicos que, como norma general, ejercen una influencia abrumadora sobre los políticos, bien directamente, bien a través de los lobbys. Tan abrumadora que ningún partido político podría gobernar un país “democrático” enfrentándose de lleno a los poderes económicos, hoy muy bien representados por las empresas multinacionales. Y paro aquí ¿O quieres que haga por ti el doctorado? Es broma, yo temblaría si tuviera que examinarme de estas cuestiones. Claro que si me dan tiempo para prepararlas... Un abrazo | |
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