Muelas de los Caballeros - Zamora

Esto es el editorial de un diario valenciano (Levante). Merece la pena leerlo. Saludos.

La Nochebuena de Tavernes como síntoma

EDITORIAL


Una vez conocida con mayor detalle la lamentable actuación de las decenas de chavales, en su mayoría menores de edad, en Tavernes de la Valldigna, de la que ha venido dando cuenta Levante-EMV, y una vez superada la impresión causada por las características que rodean la triste Nochebuena que protagonizaron, cabe formularse una serie de reflexiones y preguntas. La primera evidentemente es por qué estos niños y jóvenes rompieron todo lo que se les puso en su camino y asaltaron, literalmente, un autobús que pasaba por allí colgándose uno de ellos en el limpiaparabrisas de delante para que no pudiera huir el autobús y otros forzando la puerta para entrar y romper su interior y golpear al conductor. Cuando aún están recientes las imágenes de la violencia juvenil en las calles de París, cualquiera puede recordar que en esas acciones existía un trasfondo reivindicativo social, pero en esta ocasión nos encontramos ante hijos del pueblo, educados en sus escuelas, con todas las ventajas de la sociedad del bienestar, nacidos en el hogar de familias sin necesidades. La pregunta se queda aparentemente sin una razón social y se ha de buscar precisamente en el caldo de la sociedad del exceso, permisiva y falta de disciplina y por supuesto en la ingestión descontrolada del alcohol como aseguran los profesionales que han sufrido sus consecuencias. ¿Es una forma de divertirse a costa de bienes públicos y de la seguridad de los demás? ¿Es una imitación de modelos sociales que se difunden con profusión por toda clase de medios audiovisuales? ¿Un borreguismo salvaje en el que se esconde un débil individuo amparado por la nocturnidad? Este tipo de comportamientos, que se reproducen los fines de semana en muchos pueblos, habría de llevar a esta sociedad a una revisión sobre lo que está ocurriendo y por qué desde luego, pero, como primer paso, no deberían quedar tapados bajo paños calientes o anónimos gracias a silencios cómplices los autores de tales actos, porque el problema no es sólo su actitud actual turbadora e irritante sino la incógnita pesimista del futuro.

Nada que añadir a un Editorial tan claro, sino apoyarlo y contribuir a la difusión de esta denuncia, de una u otra forma, por uno u otro medio.

Si no se corrigen estos comportamiento perversos, el futuro es chungo. Pero chungo chungo.

Un abrazo