Muelas de los Caballeros - Zamora

Es costumbre española la de regalar cestas de Navidad a nuestros seres queridos. Montonadas de comida exquisita y, en general, dulces y caprichitos del tiempo, parecen ser los regalos de oficio. Pero, ¿no sería original desprenderse de tanto alimento en las cestas, y meter algún disco y/o libro? Aún no han llegado las fiestas, y ya estoy empachado y despechado ante tanto turrón y polvorón; y eso que a mi cueva llega poca comida, algunas almendras de oso y poco más.

Creo que es interesante tomarse en serio mi propuesta. Y todos los regaladores de cestas, que los hay muchos y no muy lejos, por cierto, deberían meter, por ejemplo, el último libro de Dragó. Contribuiríamos así al desarrollo de la cultura española. Pon un libro y/o disco en tu cesta de Navidad. Éste es el lema de mi campaña.

A quién corresponda. Que quién se pica ajos come.

Saludos,

Agustín

No te voy a defraudar, Agustín, porque sé que estás esperando mi contestación.

Todas las mañanas desayuno con 4 ó 5 ajos, y ni me pican ni me rasco.Son ajos desnaturalizados, - que según dicen: tienen las mismas propiedades -, y con un poco de aceite "El campiñero", están de muerte, y las propiedades aumentan

Estoy de acuerdo contigo que en esa costumbre española de regalar cestas, - la cual ni me gusta ni comparto -, debería llevar algún libro o disco, pero no precisamente de Dragó, sino tener la sutileza de conocer el gusto de la persona a quién se le regala, y darle una sorpresa con su autor,cantante u orquesta preferida.

A mi me ocurre lo mismo, que aún no ha llegado el 24 y ya estoy empachado de tanto polvorón o mantecado, ¿sabes cual es la direrencia entre uno y el otro? Así somos los humanos, que sabemos que no debemos comer tanto y no le ponemos remedio.

Y al final, todos sabrán por qué has colgado tu comentario y yo este hilo. Las cestas que he comprado esta tarde han sido un encargo, yo ni pago ni regalo,sólo me tomo molestias, y si soy sincero, sólo estoy deseando que llegue el 6 de enero para que se acaben las fiestas y las comilonas.

Y nada, tú sigue pinchando, que en unos escritos más, contamos todas nuestras interioridades, aunque esta no ha sido fuerte.

Un abrazo