Muelas de los Caballeros - Zamora

Como era de prever, Kiev tiene unas bellezas antiguas, plasmadas en sus majestuosos edificios, en sus anchas y largas calles, en sus muchas y variadas plazas. Me ha llamado la atención el arbolado de chopos en algunas de esas calles interminables y las barandillas de hierro que separan el paseo central de los carriles laterales. Son cosas que no se ven en España. También me ha llamado la atención la ingente multitud de castaños pilongos, ésos a los que se refiere Teresa, la Marquesa de Muelas de los Caballeros, donde ha sentado plaza hace ya varios años.

Lo más reseñable del día de hoy ha sido, por la mañana, el cambio de moneda que hemos realizado en un chiringuito. El local en cuestión es una casa de juegos, donde lo más destacado era una ruleta que, o bien era muy grande o es que la sala en la que estaba era excesivamente pequeña... (Como esto del cambio de moneda es intereante, quizás os lo cuente mañana, que ahora estoy solo y es de noche...). Deciros solamente que dimos una vuelta por lo principal, sacamos unas fotos a las flores y a los pçajaros y a los edificios, tomamos el metro y regresamos pronto a comer, ya que habíamos quedado a las tres en el museo...

Por la tarde, según lo anunciado, fuimos al Museo Nacional. Gracias al buen hacer de mi hermana nos acompañó en la visita la Directora del mismo, la Señora Lila, que es, por lo visto, la persona que lo ha ido montando desde la fecha de la declaración de la independencia, que es coincidente en el tiempo con Barcelona 92, pero sólo en eso, mes arriba o abajo. Lo curioso fue que nos dejaron hacer fotografías por ser vos quien sois y yo llevaba mi sony con cinco mega píxeles de resolución y bien cargada de pilas.

El Museo me ha parecido interesante, especialmente porque está muy bien reflejada una parte esencial de da historia de Ucrania, que es la que relata su hambruna del treintaitantos, la que relata sus muertos, sus miserias, sus horrores. Hay que tener en cuenta que hubo unos siete millones de muertos…

Justamente en la Plaza de la Independencia, mejor dicho, debajo, han hecho una especie de centro comercial, al que se baja por una escalera mecánica. Aquello está lleno de comida basura. Pero eso no es ucraniano, eso es la mierda que les hemos traído nosotros de occidente, que es de donde ahora vienen los niños, de Estar-dos-Unidos.

Alí empezamos la búsqueda del restaurante, para el que tendríamos que correr muchos árboles, muchas calles, muchas cuadras, como dirían los paisanos de Mar, que suelen ser argentinos…

Hemos conocido a un periodista bilbaíno, Jesús, que viene de España en bicicleta. Y a un cura mejicano, Germán, que tiene un aspecto bonachón y ríe bien los chistes, incluso los que se meten con el Clero. Ambos quieren ir a Chernobil, pero acaso no puedan ir juntos, porque el vasco quiere ir en bicicleta y el mejicano bicicleta no tiene. Ni tampoco parece que está para esos trotes.

Ya veremos si acabamos yendo nosotros. A Chernobil, digo.

Antonia es una anfitriona excelente. Os manda un fuerte abrazo a todos, especialmente a Teresa la Marquesa, tipitín, tipitesa, que para algo es su hermana. Y también para Charo, que, la pobre, no tiene marquesado ninguno. Como nacido la última…

La temperatura es excelente. Disculpad las prisas, los fallos y las fallas. Ya os digo que es tarde y es de noche. Puede que haya lobos... o lobas. Por la parte más alta de mis gafas, está asomando la luna. Yo me miro los brazos y, quçe queréis, todo este pelo...

Un abrazo

Marian Danielovich

Lindísimo!!!! estoy viajando contigo y sin moverme de mi casa
...espero que mañana sigas contando...por donde andaremos?un beso muy grande,cariños a tu esposa y a mi amiga Antonia.....cuidate mucho...Mar

Hermosísimo relato desde Kiev, Mariano. Muchas gracias por tan preciado regalo... Es cierto que al leerlo da la sensación de estar a tu vera... Una cuestión: ¿Cómo anda la seguridad por la zona? Me interesan los aspectos políticos vistos desde la perspectiva de alguien como tú, culto, y con una visión más neutral y rigurosa.

Saludos y gracias,

Agustín

¡¡¡Qué precioso el relato, Mariano!!!!!ya me estoy imaginando las hermosas calles, anchas llenas de árboles, y el interesante Museo.
¡Qué bien que tengan buena temperatura, es mucho mejor para patear las calles!!!, porque pateando, es como se conoce una ciudad!!!
Espero que nos sigas contanto las cosas tal lindas de kiev!!!!!
¡¡¡¡¡Qué disfruten mucho!!!!, y saca lindas fotos con la Sony, de 5 pixeles, para que cuando regreses las cuelgues en el Foro!!!!
Un abrazo
Natalia