Castroverde de Campos - Zamora

LA REALIDAD Y EL DERECHO

Historias y anécdotas

Estaba Enrique O.F., de veinticinco años de edad,haciendo cola en la ventanilla de una estación cuando se le acercó una gitana sandunguera pidiéndole limosna.Le dio una peseta (los hechos sucedían en 1964,hay que aclarar para que no se tache al joven de tacaño) y a continuación la cañí,con indudable gracejo, le convenció para que se dejase echar la buenaventura.Al tiempo que le preguntaba si llevaba algún dinero.Enrique,con cierto orgullo,le mostró un billete de quinientas pesetas,que constituía su capital.
Continúo reproduciendo literalmente el contenido de la comparecencia efectuada por el cándido mozo ante el Juzgado de Guardia:

Entonces la ya citada gitana,empleando palabras usadas en el argot caló,auguraándole al compareciente un sinfín de dichas y felicidad,haciendo gestos aparatosos con las manos,le mandó que rezara diez padrenuestros y diez avemarías,le cogió el billete de 500 pesetas de la mano,entregándoselo acto seguido,según él creyó,pero al ir siguiendo la cola y llegar ante la ventanilla para sacar su pasaje,se encontró con lo que tenía en la mano no era más que un rollo de papel de periódico y que la gitana,que iba acompañada de otras dos también jóvenes,pero que no intervinieron,había desaparecido.

Moraleja: la habilidad y poca vergüenza de los timadores siempre se combinan con la candidez y la inocencia (rayanas en gilipollez) de los timados.