Castroverde de Campos - Zamora

Conocí a Luis Miguel de Dios en Castroverde, en una comida, y me pareció una persona extraordinaria, que amaba a su tierra. Hoy curiosamente he leído lo que publica en La Opinión.

Y tiene toda la razón.
Y no tiene desperdicio.

" Cada vez que oigo a algún gerifalte zamorano del PP hablar mal de la herencia recibida me hago las mismas preguntas: ¿a qué herencia se referirán?, ¿o es que solo hay una herencia y lo demás son compra-ventas, cesiones, donaciones, usufructos y demás? Yo creo, ingenuo de mí, que por ahí van los tiros. Lo que ha llegado hasta nuestros días vía Ayuntamiento, Diputación y Junta de Castilla y León no es herencia, qué va, es, cómo les diría yo, aroma de antepasados, reliquia mística, tradición, orgullo de raza, linaje, estirpe, blasón, peso de la historia, mantilla española, gaita y tamboril, el mandil de Carolina, los toritos vienen?


El Gobierno autonómico deja a cientos de agricultores zamoranos sin la prometida y firmada ayuda a la remolacha y eso no es herencia recibida, claro que no. Retrasa sine die el Palacio de Congresos, la Escuela de Enfermería, el Conservatorio de Música y eso tampoco es herencia. El Ayuntamiento capitalino recibe deudas, sentencias contrarias, un contrato de compra-arriendo-yo me lo guiso y tú (el de fuera) se lo come de un edificio y los actuales rectores (del PP) no creen que los anteriores (del PP) les hayan dejado mala herencia. Y el principal testamentario, don Antonio Vázquez, se pone a criticar las herencias de otros mientras silba al llegar la suya. A mí que me registren, yo pasaba por allí y ya ve usted me pillaron en medio. La Diputación hereda de sí misma una red de carreteras tercermundista y le echa la culpa al empedrado, o sea al PSOE o a ZP, de baches, socavones, pueblos desérticos y fracaso del Plan Oeste.


Hagamos un poco de memoria. En la etapa democrática, en España han gobernado sucesivamente UCD, PSOE, PP, PSOE y otra vez, ahora, el PP. Con ninguno nos ha ido especialmente bien, quizás porque ya estábamos condenados desde más atrás. Pero, oiga, en la Junta gobierna desde 1987 la derecha. La misma derecha que rige los destinos de la Diputación casi desde la época de Indíbil y Mandonio y la misma derecha que controla el Ayuntamiento zamorano casi desde la toma del Gurugú. ¿De qué herencias cabe hablar en estos casos?, ¿o es que Aznar y Lucas testaron a favor de la izquierda?, ¿o es que Luis Cid, el señor Miguel y Pilar Álvarez nombraron herederos a Plaza, Rosa Muñoz y Molina?, ¿o es que Antonio Vázquez legó a Carlos Hernández, a Francisco Guarido y a Miguel Ángel Mateos su maravilloso patrimonio material e intangible?


-Vamos a ver -apunta el señor Fortunato-; cuando se hereda, se hereda todo: lo bueno, lo malo y lo de más allá. Y se hereda de todos los lados, no solo de lo que nos interesa.


-Pues claro, si yo salgo guapo pero con la nariz larga, no voy a decir que la belleza es de mi padre y las napias de no se sabe de quién, aunque por vía paterna sean todos como Pinocho, sentencia Tiriti, que acaba de leer en «Hola» la biografía de Paquirrín.


¿Heredamos o no?, ¿y de quién heredamos? He ahí dos interrogantes-clave para entender muchas cosas, entre ellas lo que pasa por la cabeza de algunos políticos cuando tienen que explicar lo inexplicable. El señor Fortunato lo tiene más claro que el agua.


-No le dé vueltas a la noria. La respuesta es cemento armado. O sea, tiene usted la cara de cemento armado, se la trae al pairo el pasado y lo que dijo hace unos meses y, óigame, asunto concluido.


El señor Fortunato asegura que esto es más cierto que la luz que nos alumbra. Y que tiene cientos de recortes de prensa y grabaciones de radio y televisión en los que demuestra que la famosa teoría-praxis del donde dije digo digo Diego tiene plena vigencia en esta Zamora que será Jauja y Jardín del Edén en el 2013, según trató de demostrar José Luis Prieto, vicepresidente de la Diputación, en un artículo publicado recientemente en este periódico. Y lo dice alguien que no es parte interesada, un hombre neutral y con capacidad para analizar situaciones sin partidismos. Palabra de Dios. Te alabamos, Rajoy.


De modo que urge convocar un concurso-oposición para que el ganador redacte un Manual de Teoría y Práctica de la Herencia, o sea un estudio científico-técnico que nos permita saber al primer toque qué herencia nos conviene, cuál no y en qué otra debemos mandar los balones a la grada. Solo así podremos pedir responsabilidades al que nos dejó en la estacada y ahora se llama andana. Y, claro, ese documento tendrá que contener las instrucciones para hacer mella en el cemento armado de la cara de algunos e intentar descubrir el rostro de la verdad. Al menos, que se sientan un poco avergonzados y reconozcan que nos toman el pelo. Les va en el sueldo. Y lo pagamos entre todos. "