Ermua - Vizcaya

Dos etarras encarcelados charlan por videoconferencia con cargo al contribuyente

El exquisito trato que el gobierno socialista proporciona a los terroristas incluye ya el uso de estos servicios en las prisiones.

REDACCION HO.- Mientras los nacionalistas pregonan a los cuatro vientos que los terroristas son víctimas de la brutalidad del Estado y se manifiestan por las calles reclamando derechos supuestamente conculcados para los “presos” vascos, aquellos que tienen las manos manchadas de sangre y por los que el PNV tanto de preocupa, el PSOE pone al servicio de los asesinos encarcelados todo tipo de comodidades, incluidas las nuevas tecnologías.

La política de dispersión de presos del nacionalismo terrorista, que tan buenos resultados ha dado siempre, sigue teóricamente en vigor, pero el PSOE y su gobierno han encontrado un atajo para soslayarla: las videoconferencias.

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Interior, cuyo titular tan pronto puede ejercer de portavoz de un gobierno sobre el que pesaron acusaciones de guerra sucia, como de conseguidor de ventajas al etarra preso, autorizó que dos etarras encarcelados se comunicaran por videoconferencia.

Uno de ellos era Peio Celarain Oiarzabal. El otro, Óscar Celarain. Este último está implicado en el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola, donde falleció un hombre y la hija de Toñi Santiago, una niña de seis años.

Hasta ahora las videoconferencias solo se utilizaban para que, en determinadas circunstancias, los etarras declararan ante el juez desde prisión.

La concesión del permiso para utilizar una videoconferencia entre esos dos terroristas ha coincidido con la campaña iniciada por ETA en las prisiones.

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