En la foto aparece Felipe Urrutia, el polifacético vecino de Billela, en una apuesta de "Txingas" celebrada en las cercanías de su caserío, al que acudieron numerosos vecinos de Billela a presenciarlo. Sabe Dios, pero estoy seguro que no apostó dinero alguno. Aseguraría que se dió el capricho de demostrarse a sí mismo y a los que estuvieron viendo que es capaz de hacer un montón de vueltas (plazas) con las "txingas" hasta quedar "reventado". Y con eso se conformaría. Este hombre era labrador, ciclista medio-profesional (existen fotos que corroboran), el que celebraba los rosarios de los difuntos en la ermita. Una persona que sacaba tiempo para todo. Nunca se le vio de mal humor. Es de esos que se merecen un monumento.