Torrecilla de la Abadesa - Valladolid

Mujer que nace en la naturaleza
Respira el despertar del presente
Cuando la soledad y la tristeza
Late en el corazón de su gente

Aquel hombre duerme llorando al tiempo
Su cuerpo pide el descanso eterno
Sus lágrimas son los sueños fríos
Que la esperanza hizo en guerra al infierno

Cada noche una gota se derrama
De la sangre que el futuro espera,
Una ofrenda de tranquilidad vana
Pues el alma aún no descansa

¿Cuándo yacerá en sosiego la esencia humana?
¿Cuándo el sacrificio la dejará en calma?
¿Hasta cuándo dejarán de mutilar los deseos,
Los sueños, la humildad y la hermandad?

Sigo preguntándome en dónde terminarán
Todo lo bello, lo sano y la claridad,
Se perdió lo cristalino de la honestidad,
Y seguirá perdiéndose, y seguiré buscando
Y seguirá envenenándose, y yo,
Yo seguiré limpiando

El día que vea el firmamento
Sin trabas ni engaños,
El día en que el azul sea azul
Y no solo un intento,
Entonces ese día, sólo así,
Yo dejaré escapar el tiempo.


SUCIEDAD HUMANA,
de Ariadna Colunga.

Foto
DE AMOR, AMISTAD Y ALGO MAS

9991, Muy "melancólica" y "tierna" la poesía. Pero.. ¿Estamos dispuestos a mojarnos para hacer un mundo mejor?, no.. ¿Verdad?. (Pues ya está todo dicho......)

Mañana mas, y si se puede mejor .

Gracias a Dios que por fin.. .

Borrado por un Moderador.

Soldados de mi Vieja guardia: me despido de todos vosotros. Durante los veinte años os he acompañado sin cesar en el camino del honor y la gloria.
Todas las potencias de Europa se han combinado en armas contra mí.
Algunos de mis generales han demostrado ser infieles a su deber. En estos últimos tiempos, del mismo modo que en los días de prosperidad, vosotros habéis sido modelos de coraje y fidelidad. Con hombres así nuestra causa no puede estar perdida; pero la guerra hubiera sido interminable; hubiera sido una guerra civil, y eso hubiera acarreado desgracias más tremendas para nuestro país.
He sacrificado todos mis intereses personales por aquellos del país.
Me voy, pero vosotros mis amigos, continuaréis sirviendo a.... Su felicitad era mi único pensamiento. Y continuará siendo el objeto de mis deseos. No lamentéis mi destino; si he consentido en sobrevivir es para honrar vuestra gloria. Tengo intenciones de escribir la historia de los grandes logros que hemos conseguido juntos.
Adios, mis amigos. No puedo abrazaros a todos, pero me abrazo a vuestro general. Vamos, General ..., que puede presionar a mi corazón! Tráeme el águila, que quiero abrazarla también! ¡Ah! Estimada águila, que con este beso que te doy encuentre un eco a la posteridad! ¡Adiós, mis hijos, los mejores deseos de mi corazón estarán siempre con vosotros, no me olvidéis!
A 20 de abril de 1814.

El ser humano y su cerebro se empeñan a veces en eternizar una fracción pequeñísima del desarrollo imparable y constante que se observa por doquier. (Cosas del Homo sapiens y sus pajas mentales......)