Tordesillas - Valladolid

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La agresividad de Tordesillas
Tomás Jesús Romano

No dudo, que en Tordesillas habrá gente de paz. Pero lo que si es evidente es que hay mucho agresivo. Y no lo digo por decirlo. Hay muchas pruebas gráficas sobre el modo en que se comportan cuando se les lleva la contraria o, simplemente, si quieren grabar sus “fiestas”. En 2005 recibieron a la concentración contra la aberrante tradición del Toro de la Vega a bastonazos. En 2006, tirando huevos, polvorones y, aunque quieran negarlo, piedras (aprovecho para preguntar a Sabina quiénes son Kale Borroka). Este año su alcaldesa los convenció para que no fueran a recibirnos con tan “buenas” maneras. Pero no lo hizo convenciéndoles en un mitin (los mítines, parece que sólo son para las elecciones) de que las concentraciones o manifestaciones son logros conseguido por la democracia, no, porque hay gente que aún no creen en ella (en la democracia, que a los políticos, desgraciadamente, se les cree demasiado), lo hizo organizando un encierro taurino, para desarrollar más, si cabe, la agresividad de sus convecinos.

Agresividad descargada en Jaquerito. Agresividad descargada en un equipo de televisión el lunes, siendo agredidos cuando intentaban grabar el traslado de Jaquerito, vilipendiados cuando intentaban grabar su muerte, empujados e intentados atropellar con el tractor que transportaba el cadáver del toro torturado hasta la muerte a lanzazos. Negando lo evidente cuando preguntaba la reportera a los que portaban lanzas si eran lanceros, como si negaran tres veces antes de que cante el gallo. ¿Por qué estaré mezclando yo la religión con estos ritos paganos? Ah, sí, será porque la Iglesia Católica bendice y no condena esta barbaridad, organizada, además, en honor a uno de sus santos. Porque parece ser que los santos quieren que se les honre con sacrificios sangrientos. A la antigua usanza.

Me pregunto cómo es que a Almodóvar no se le ha ocurrido plasmar en una de sus películas esta España profunda. Él, que tanto gusta de torturar toros en sus obras. Sí, España profunda, no me equivoco al decirlo, una España anquilosada en absurdas y crueles tradiciones que no hacen bien a nadie y sí hacen mucho mal. ¡Ay de nosotros si perdurasen algunas tradiciones!

Jaquerito, espero que seas el último mártir de esta sinrazón, que seas el jaque mate de este cruel rito.