Renedo de Esgueva - Valladolid

la hiel que cada noche arranco de mi ser
surge frente al cristal,
cual espadas afiladas
contra la piel.

el daño es más grande que la batalla,
la herida sangra más que las llagas.

pero a oscuras,
ante el vidrio que me tienta;
frente al mismo dilema
que durante siglos
estuvo al otro lado del espejo...
inmóvil me siento
dejándome ganar,
creyendo mía la victoria.

cuando el combate termine,
el gran vacío se confunde con el triunfo,
la hiel, fuera, en mi boca
será el pasto de la herida que me toca.

besitos poetisa

padre, tu cuerpo
cansado ya de vivir, esta enfermo,
el recorrido de tu vida,
ya esta hecho,
y veo como esta se te
escapa por momentos,
y siento tanta pena......
no por tu muerte venidera,
sino por toda mi vida
sin tu aliento.
quisiera poder cerrar las puertas
de esta,tu muerte,
coger tu mano
y empezar desde el comienzo.
siento como se atropella
en mi pecho,
sentimiento de soledades pasadas,
resquicios de verdades que se consuman.
!no quiero tu muerte,
padre, ahora no!
tenemos mucho que decirnos.