Somos tolerantes hasta que nos tocan la jeta, y de ahí en lo adelante mostramos nuestra verdadera faceta Hace tiempo, hice una pequeña recomendación que no ha sido tomada en cuenta, ojo, no tenía que ser tomada en cuenta, era referente a no contar vidas privadas, que sirvan y (sirven) para que alguien se entretenga y (se entretiene) en despellejar a otro alguien, también a propiciar ciertas burlas, y lamento profundamente no haberme equivocado. Tendemos a estar en contra del que no piensa o razona como lo hacemos a nivel particular y privado, y también de ideas similares, pues nuestros matices son los importantes, ya que creemos es o son la energía que mueve el mundo correctamente, y parece que eso nos da vida. En esencia, todos, absolutamente todos queremos lo mismo, para nosotros y nuestra progenie, ¡Vivir bien, muy bien!, ocuparnos en todo momento de lo que nos gusta, lo que llena nuestros sentidos, etc., nada en contra a tal respecto, pero el vivir bien no sería nada si el vecino no se entera que vivimos bien, porque de alguna forma también eso denota una mente superior, la vía apetecible para ese logro debería ser el trabajo, la ocupación en pensamiento productivo, y la lucha por llevarlo a efecto, pero eso significa sacrificio, sudar la gota gorda, y entonces se buscan atajos, el principal es entrar y posicionarse en política, indagar datos y sacarle partido, a los datos y al partido. Nuestros pequeños logros, dentro de nuestras cabezas son gigantes, y cual gallina que escandaliza después de haber puesto un huevo, así hacemos, es importante publicitar esos logros, que la gente sepa de nuestro maravilloso cerebro, que somos y estamos porque somos un poco mas listos que el vecino, y si nuestros vecinos portan mejor traje, “”que actos inconfesables habrá hecho, para llevar o tener ese traje?”” Cuando nuestras capacidades no alcanzan para alcanzar (redundo porque me gusta) lo que nosotros consideramos, nuestra gran cumbre, al que llega porque lucha, se le llama fascista, y quizá lo sea, pero nunca logré descifrar y ubicar en mi mente ese palabro, no he podido darle dimensión que pueda satisfacer mi entendimiento. Un personaje, un día, en una charla de promoción de su país, dijo: “el poder no corrompe, desenmascara”. No es aceptable que alguien quiera vivir bien sin esforzarse, y se conforme con ordeñar las arcas de la nación, solo porque es mas sabroso, dormitar y pasar de todo, que caminar con la frente erguida, sabiendo que el pan de esa su mesa, ha sido ganado, nunca mendigado y/o parasiteado. No todo el mundo tiene capacidad para plasmar un pensamiento, sobre un medio físico o virtual, y de una manera legible, y que no sea capaz de producir hilaridad en la mente de los demás, o levantar ronchas, o que el otro considere que lo escrito no fue lo suficientemente contundente y lacerante para alguien en particular, porque ese crítico puede tener una idea, per se, de que el otro panfletero no es capaz de seguir la línea apetecida por él, o lo hace torpemente, sin conseguir los resultados que se barajan en su mente, y como no encuentra lo que busca se atreve a pensar y publicar que uno se ha amariconado. Nuestras ideas, con ser las que mueven nuestro mundo, distan de ser las mejores para el resto de ese mundo, siempre habrá un discurso, una coyuntura, una pirueta impensada en el otro que marque la diferencia, o cree una singularidad escabrosa o no, pero singularidad, y lo difícil es calzarse los zapatos del otro, meternos en ese traje y aceptar que nuestras razones, solo sirven a uno, y nada mas que a uno, que no aguantan un escarceo. ¿Dónde y quien tiene LA RAZÓN? Nos auto proclamamos tolerantes, para que los demás lo vean? Es nuestra verdad, o solo hacemos alarde de…? Somos tolerantes hasta que nos tocan la jeta, y de ahí en lo adelante mostramos nuestra verdadera faceta?. |