Nueva Villa de las Torres - Valladolid

¡Buenas noches!:

Como cada noche, saco la silla al fresco y espero ver pasar algún alma acompañada de su cuerpo de cartón.
Es una noche más de verano. Aburrido de escuchar el zumbido de las moscas, me apetece asomar el hocico al bullicio de la calle.
Ya llevo varios días sin ver un alma. Me pregunto que le puede pasar a la gente que otrora nos regalaba minutos de felicidad con sus comentarios.
Mira que siento que no pase nadie junto a mí. Tengo preparados varios saludos amables, pero... me temo que tendré que volver a guardarlos en el baúl de los lamentos.
Creo haber elegido la peor de las esquinas. Los clientes no acompañan. Hoy tampoco... hago caja. Otra noche más y ya son muchas.
Pero tranquilos, todavía me queda la poesía y su vecina la música. Voy raudo a pedir su ayuda.

La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje
los objetos que duermen en la playa..."

Bueno, sigo de guardia

Cuaderno de bitácora:

Segunda noche de guardia.- Novedades.

Recién estaba echando el cierre, se me acercó una señora añeja en años y, según pude comprobar más tarde, con muchas ganas de hablar.
Después de saludarme y contarme su vida repleta de soledades, me preguntó por la marcha del Foro. En un principio me sorprendió la pregunta e incluso pensé que era una broma.
Pero no. Me comentó que había oído hablar de un Foro en el que la gente se acercaba, de vez en cuando, para contar lo que se les ocurría.
Picado por la curiosidad, saqué dos tacitas, de las de café, llenas de ídem; ofrecí asiento a mi inesperada visita y propuse un juego:
Ella me contaría todo lo que sabía sobre el Foro y yo, a cambio, rompía su soledad.

To be continued..