Nueva Villa de las Torres - Valladolid

*Un matrimonio americano había salido de viaje. El esposo conducía enfebrecido. Había hecho ya más de cien kilómetros sin dejar de mirar el reloj del salpicadero. De repente la esposa consultó el mapa de carreteras y le dijo:
-Nos hemos perdido.
-¿Y qué importa? -replicó el marido- ¡Llevamos una media formidable!



***No es cuestión de correr mucho, sino de correr bien, de seguir el buen camino.Hace falta tener muy claro a dónde queremos ir y luego poner los medios. Si nos falta esa visión clara corremos el riesgo de ir camino de ninguna parte.
Ese formidable promedio, camino de ninguna parte, es el que llevan algunos en el intento de llenar su vida de sensaciones, diligencia y eficacia. Deberían recordar que cuando uno no sabe adónde va, no puede acabar bien. Y cuando va perdido, cuanto más corre más se aleja de su destino.

Por un momento, pensé que estabas hablando de mí.
La mayoría de los mortales, hacemos justo todo lo contrario.
No paramos de correr por el camino de lo material y además con los ojos vendados. En la mayoría de los cosas, da lo mismo el camino a seguir.
Lo que si tenemos claro es el final del camino, pero no nos queremos dar cuenta de su llegada. Hay mucho miedo a perder esta carrera desenfrenada.
Jo, que rollo, con lo que me gusta a mí hablar de las cigüeñas de la torre.
Venga, un saludo a todos.