Melgar de Arriba - Valladolid

Amigo Canor, aun delante del féretro donde yaces, nos sigue pareciendo un mal sueño. Pero…, los pellizcos nos dicen que estamos ante la cruda realidad, que no es una pesadilla, que te has ido. Tú, la vitalidad misma, nos dejas, envuelto en ese misterio que siempre rodeaba tus actos. Nos vimos al bajar a vísperas de San Miguel y entre bromas y sonrisas, quedaste pendiente tu incorporación a la Cofradía para el año próximo. Seguro que San Miguel pondrá en la balanza tus buenas intenciones.
Con tu marcha, no solo tu familia y aquellos que compartieron juegos y escuela contigo lloran tu ausencia. Has sido de esas pocas personas que saben superar su propia cronología hasta hacerte intemporal, y con tu espíritu joven ganaste un merecido hueco en el corazón de los amigos de las distintas generaciones que hoy te lloramos, sabedores de la gran pérdida.
El río no será el mismo sin ti. Los injertos y las parras que con tanto amor plantaste lloraran tu ausencia. Cuando los pájaros se bañen y los gorriones se agarren a las paredes, o los sapos salgan de sus refugios, recordaremos: “Va a llover, como diría Canor”. En otoño recogeremos aquellas setas que los neófitos sometíamos a tu buen criterio y echaremos de menos esa respuesta tuya: “… tienen poco valor culinario”
Te has ido en silencio, como con prisa, sin esperar a que grane el campo. Quizás porque la primavera es tiempo de esperanza, la estación perfecta para el amante de la naturaleza, el mejor momento para observar la explosión de vida del entorno que tanto amaste, y qué mejor forma para contemplar la creación que al lado del Creador.
San Martino y la feria de Valencia no serán las mismas sin ti. Pero los miércoles…., serán los miércoles cuando más notaremos tu ausencia los que tuvimos la suerte compartir contigo tantos años el sabroso flan que nos regalabas y las largas tertulias, salpicadas de animadas discusiones que nunca turbaban el buen humor. Tu marcha ha de servirnos para reflexionar sobre la grandeza de la amistad sincera y lo poco que se valora, quedando muchas veces confinada por el burdo y absurdo interés. Percibimos el vacío que deja el amigo cuando el mazo de la muerte te hace comprender que ya no estará más y, entonces te preguntas si aprovechaste los momentos de convivencia con toda la intensidad. Ahí nos quedará la pregunta, para que cada uno miremos a nuestro interior y nos respondamos de forma sincera.
Hoy nos toca despedirnos de ti, con lágrimas en los ojos y el corazón encogido, pero sabiendo que desde el lugar que el Señor te haya reservado, siempre estarás con nosotros y siempre estaremos contigo, con la certeza de que cualquier primavera volveremos a despertar unidos.
Hasta siempre Amigo.

Descanse en paz... un buen vecino y persona...que ha dejado desde el silencio y la sencillez un gran vacío entre todos nosotros...Todos le echamos ya de menos.