Medina del Campo - Valladolid

Un muchacho entró con paso firme en una joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le enseñó uno. El muchacho contempló el anillo y, sonriente, hizo un gesto de aprobación. Preguntó el precio y se dispuso a pagarlo.

-"¿Se va a casar usted pronto?", preguntó el dueño.
-"No. Ni siquiera tengo novia", contestó
-"Es para mi ma dre. Cuando yo iba a nacer estuvo sola. Alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, pues así se evitaría compromisos y problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas, muchos. Fue padre y ma dre para mi, y fue amiga y hermana, y fue ma estra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo un anillo de esa clase. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mi,
ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue yo otro anillo de compromiso, pero será el segundo. El primero será para mi madre".

El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que le hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía sólo a clientes especiales.



*Todos los anillos del mundo serían un pobre regalo para estas madres que abrazan con toda su alma el compromiso que han adquirido cuando engendraron al hijo que llevan dentro.

Yo conozco, muy bien, una ma dre que se merece todos esos anillos y más.
Ma dre soltera, años 50, medio rural. Todo un delito con jueces muy cercanos. En primera fila del estrado: La propia familia, que por rechazar, rechazaron a su propia sangre.
Con mucho coraje y humildad sacó adelante al hijo que llevaba dentro.
Fue duro y penoso, siempre al filo del delgado hilo fatal.
Ese hijo creció y también le privó de su compañía (ley de vida).
Ella siguió su camino, ese camino que Dios, a veces, llena de espinas a quien menos se lo merece , o ¿no será Él).
Y sobrevivió a su destino y fue feliz.
Para ella mi admiración y gratitud infinita. ES MI MA DRE.