Canillas de Esgueva - Valladolid

Si en la actualidad son llamativas las procesiones de semana santa en ciudades como Valladolid, Sevilla, o Málaga, etc. más me lo debieron parecer a mí aquellas procesiones del pueblo.
Con la llegada de la semana santa cubrían el retablo de la iglesia con un paño morado, eso ya empezaba a impresionar un poco a los niños del pueblo.
El domingo de ramos acudíamos a misa, nos daban un ramo de romero que cortaban de un lugar situado junto a la carretera de Peñafiel, al lado derecho junto a un palomar. Este ramo después de la procesión lo llevábamos a casa y lo colgábamos de algún lugar alto y pasaba en algunos casos el resto del año.
Aún recuerdo la procesión de la pasión de cristo, quizás la última que pase en el pueblo donde sacaban aquella gran cruz negra, hueca, que guardaban todo el año en la parte baja de la torre junto a un gran ataúd. Un mozo se vestía con una túnica y capirote de color gris, confeccionado con aquella tela que usaban para los guardapolvos de tendero. Recuerdo a Fausto en el papel de cristo atado a la cintura con una gruesa cuerda de la que tiraba un sayón mientras otro la iba dando latigazos en aquella ocasión Ángel “Angelillo” hijo de la sr. Magdalena y la salida de aquella pequeña plaza delantera de la iglesia el nazareno tropezaba y caía, entonces obligaban a un voluntario cirineo a coger la parte trasera de la cruz y ayudar en el recorrido de la procesión, aquella pasión viviente sigue en mi recuerdo.
El domingo de resurrección acudíamos a misa y después volvíamos a la iglesia con una jarra que nos llenaban de agua bendita y con ella rociábamos la casa para librarla de todos los maleficios. Como eran días de vacaciones pues la verdad que lo pasábamos muy bien.
Esto dedicado a todos Canilleros por si se les olvido.
Un fuerte abrazo.
Jaime

Había olvidado el ruido de las carracas que llamaban a los oficios, ya que a las campanas no se las permitía tocar.