La ermita fue construida, a mediados del siglo XX, sobre las ruinas de otra muy antigua, en cuyos muros,al ser derribados, aparecieron cuerpos de niños.Los restos fueron descubiertos por José Luis Martínez Bezos, cuando desmontaba los muros para usar la piedra en la construcción de una casa en el pueblo.
Como en tantas otras ocasiones, al caer los muros de la ermita vieja, sepultaron buena parte de la historia de Camporredondo.
Al hacer la condución de aguas para Santiago del Arroyo,en la parte este, y a unos cinco metros, aparecieron unos enterramientos, probablemente de la época visigoda, cuyos restos fueron enterrados en el cementerio del pueblo donde, hasta hoy, permanecen.