La Infanta TARDE Y MAL por Monsieur de Sans-Foy Quiere el fraile remedar el sentir populachero, y es asaz barriobajero en su forma de trovar. Si me tengo que explayar, no he de ser, en modo alguno, sicalíptico y bajuno... pues mi noble señorío aborrece el griterío del satírico frailuno. Admitiendo que me duele, admitiendo que me espanta lo que pasa con la infanta, no he de ser yo quien apele a que no se la empapele. Cometieron el error de estorbar al instructor... y ha pasado lo que suele: nunca tapes lo que huele, que fermenta y es peor. Lo que pudo ser un tema de importancia relativa, tras tan torpe negativa, es de gravedad extrema. Quien pensó que era anatema que imputasen a Cristina... la ha de ver cómo camina cabizbaja hacia el estrado, como si, en vez del juzgado, fuera a estar la guillotina. No peligra su cabeza... pero, puesta en este apuro, por su nombre y su futuro, sólo espero que Su Alteza se comporte con nobleza: sin argumentos prolijos, recovecos ni escondrijos. Que, además de en sus alubias, piense en las cabezas rubias e inocentes de sus hijos. |