Barcial de la Loma - Valladolid

Ayer, después de muchos años de ausencia, estuve en mi pueblo.Poco tiempo, solo unas horas, porque me esperaban otras obligaciones.Pero, de verdad, las disfruté.Recorrí las calles (en otros tiempos,y por estas fechas, ya atestadas de gente) y con gran satisfacción comprobé que mis zapatos ya no se ensuciaban de barro...
porque las calles de Barcial han cambiado mucho, pero para bien.
También me agradó el aspecto de muchas casas, unas nuevas y otras remodeladas; dá la sensación de que el pueblo ha salido del hoyo en el que estuvo inmerso durante muchos años.De verdad, casi no lo reconocía.
Me tomé unos vinos en el, para mi, nuevo bar; no está mal, me gustó.Aunque, si os soy sincero, donde estaba la cocina de Ramonín...
Me llenó de ilusión ver y saludar a gente que todavía me recuerda con cierto cariño, aunque a mi me costara mucho reconocerlos.
Hay algo que no logré asimilar: la muerte de Bernardito, uno de mis más queridos amigos de la infancia.
En fin, todo lo demás ha estado bien.He salido de mi pueblo con el espíritu reconfortado y con unas ansias locas de repetir la visita.
Gracias a todos vosotros por haberme hecho feliz.
Gracias.