Barcial de la Loma - Valladolid

Han repuesto en TV1 la película titulada “La Vaquilla” representada por estupendos actores españoles y dirigida por el mítico director Luis García Berlanga, y a la terminación de la misma, nos obsequia con una estupenda metáfora, que resume, lo equivocado de los planteamientos radícales, tan al uso en esta España, que día a día no deja de helarnos el corazón.
Me refiero concretamente a la escena, ubicada entre los dos frentes, donde ambos novilleros pretenden llevarse al animal cada uno para su trinchera.
Al final de tanto ajetreo la bestia cae rendida y muere, para posteriormente ser devorada por los buitres. Ninguno de los dos bandos se beneficia al final de la carne de la vaca.
Al igual que en esta película, los agentes sociales de la maltrecha economía española, son incapaces de llegar a un acuerdo o pacto social, que señale la senda, para que esta ruina económica que nos atenaza desaparezca en el menor tiempo posible. Ambos quieren llevarse la vaca entera.
Si el año 2009 nos ha traído el desempleo desmesurado de cuatro millones de parados, descender al nivel “per-cápita” de hace cinco años y endeudarnos hasta las cejas, alguien debe señalar el camino de la esperanza, y gobernar tomando medidas, ante la inoperancia de tales agentes.
Esta vaca se está agotando y al paso que vamos, provocarán que se muera y pudra y todos pagaremos la incapacidad de estos inútiles, que no tienen capacidad para el dialogo y el acuerdo.
Bien es verdad, que supuestamente nos quedaría el Gobierno, para actuar como árbitro de la situación y presionarles para alcanzar el pacto y si esto no se consigue, tomar las medidas oportunas a riesgo de que sean impopulares, pero le encanta el papel de Don Tancredo. También Felipe González acometió la reconversión industrial, y al final todo el mundo reconoció que aquello fue necesario.
No se hacen tortillas sin romper huevos, ni se encuentran rosas sin espinas, ni los acuerdos se hacen sin ceder algo de lo que creemos nuestro. Por el bien de todos, y es mucho lo que nos jugamos, intentemos pactar cómo nos distribuimos los esfuerzos necesarios para que la vaca no se nos muera.

Saludos.

Eco.