Barcial de la Loma - Valladolid

Aquí me encuentro sujetando
la seda tenue de la espera,
fino y frágil paño de toda la esperanza,
de su cosecha breve, intensa, absorbente.
Su trama cubre el sol,
pero no le detiene.
Alivia la esperanza de los sueños,
única realidad de los deseos cumplidos.
Y para que los veas cumplidos
solo has de estar al acecho de la sombra.
La sombra,
la penumbra de la almas.
Y me efugio en la llamarada.
Su enemigo con longitud de viento
que se extingue y se cruza,
como las alas del gavilán que abarcan en su ancho
la atroz circunferencia de este espacio de sombras.
La penumbra.
En ascuas viajas ya y con todo prendido
ni en fuego o en palabra que le asuste.
Tu ya no puedes arder más,
yo ya no puedo gritar.
Si hubiéramos podido ahora seríamos
horizontes que la mirada rinde,
Extensión de planetas o un sueño.
Y no somos nada.
Yo mudo y tu
Ni mota demorada de ceniza.
Y ya sin fuego
las brasas de la lluvia me cincelan la espalda
y cuando avanzo
no disipo ya la niebla, la conduzco.


Raúl F. Catón Abril
6 de noviembre de 2009
Día de San Leonardo