Valencia - Valencia

El sueño europeo que anhelan muchos inmigrantes que esperan en territorio marroquí comienza en la valla de Melilla.

Quedarse a un lado o a otro puede suponer un cambio que muchos llevan meses esperando.


Ire es un maliense de 24 años licenciado en Derecho que ayer cumplió una parte de ese deseo de entrar en Europa, algo que ha conseguido tras acceder a la ciudad autónoma junto a otros compañeros.

En un español muy fluido, Ibrahim, como se llama realmente, relata que muchos de los que han conseguido tocar suelo español son compatriotas suyos, pero también los hay de otras nacionalidades.


El salto fue «difícil», ya que las fuerzas de seguridad marroquíes, a las que denomina como sus «hermanos», porque como él también son musulmanes, «pegan demasiado».

Europa debería ponerles un puente desde Gibraltar. En una pena querer ganarse el pan y no poder llegar a Alemania .

Dice que en España les han tratado "muy bien", ya que, nada más llegar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), les han dado comida y ropa, unas camisetas de distintos colores que sirven para identificar a los "recién llegados".

Su deseo es seguir en España con sus estudios y poder conseguir un futuro mejor que el que tenía en su país y que el que ha vivido en los montes marroquíes a lo largo de los seis meses que ha permanecido allí, malviviendo en campamentos.

Pues me alegra que le agrade mí país de origen.

En un español muy fluido, Ibrahim, como se llama realmente, ha relatado a Efe que muchos de los que han conseguido tocar suelo español esta mañana son compatriotas suyos, pero que hay también compañeros de otras nacionalidades.
Según ha explicado, protagonizado por unas 500 personas, ha sido "difícil", ya que las fuerzas de seguridad marroquíes, a las que denomina como sus "hermanos", porque como él también son musulmanes, "pegan demasiado".

Un interesante documento. Gracias por compartirlo.

Eduardo Ranz, joven abogado y escritor, destaca que este exilio juvenil "no es un viaje, es un desplazamiento frío, pobre y con incertidumbres" y añade que el que se va "no sabe si va a poder volver a España y en qué condiciones". Además, como joven emprendedor, llama la atención sobre las dificultades de "emprender en España" que convierten en esta alternativa en una opción difícil y poco real.

No entiendo el empeño que ponen los "talentos" en emigrar si, aquí, el tuerto es el rey de los ciegos.
Podrían montarse una optica y hacer negocio atendiendo a quienes quieren mirar.

El cacique se llama Santiago Lanzuela Marina, un viejo conocido del régimen monárquico-católico corrupto español.

Cobra mensualmente 1431 euros, simplemente por hacer el paripé en esa sala de reuniones.

Al año cobra 81.000 euros, que roba a todos los españoles por hacer el paripé en ese Parlamento corrupto, donde sólo se representan a ellos mismos.

Antiguo funcionario del franquismo, tuvo responsabilidades en los años 70 en la Embajada de España en Nicaragua, donde el régimen dictatorial y genocida del clan de los Somoza le condecoró.

Fue un destacado cacique como funcionario en el Patrimonio Nacional, organismo que gestiona todos los palacios y propiedades de la monarquía corrupta española.

Llegó a ser gobernador de Aragón en las filas del Partido franquista español, al que se afilió de modo oportunista muy tarde.

¡¡¡¡ jesús, maría y josé !!!!.

Por lo que se detalla; este señor debería estar cobrando la jubilación desde hace años.
Lo digo porque apuesto a que no sabe manejar una table. Yo tampoco. Hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad.

En Mali, como muchos de sus compañeros, tiene a sus padres y a una hermana, un lazo que no ha sido suficiente, ya que, asegura, lo mejor es "buscar una forma para salir".
Hoy comienza para él y para otros muchos una nueva etapa, no exenta de dificultades, ya que a todos los inmigrantes que entran en España de manera irregular se les abre un expediente de expulsión que, aunque en muchos casos nunca llega a ejecutarse, es una losa para sus aspiraciones.

La presión migratoria que vive actualmente Melilla es similar e incluso superior a la del 2005, según señalan fuentes policiales, aunque el número de inmigrantes que consigue acceder a territorio español es menor que hace ocho años.