Alboraya - Valencia

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Las quejas vecinales obligan a cerrar las discotecas de playa de l'Horta Nord
Todos los locales de ocio han clausurado en los últimos años y los Ayuntamientos han denegado los permisos para este verano

06.08.08 - SILVIA TORMO| VALENCIA

Durante años se convirtieron en el lugar de encuentro de muchos jóvenes. Música, copas y proximidad al mar. Una combinación perfecta para hacer de una discoteca un lugar de referencia durante los meses estivales. Sin embargo, tras el éxito inicial y la afluencia continuada de público, muchas de ellas se vieron obligadas a cerrar por las molestias sonoras que ocasionaban a los vecinos de las viviendas cercanas.

El glamur, la gente arreglada y la música más conocida han dejado paso a otra imagen, la de las discotecas abandonadas. Durante los últimos años han colgado el cartel de cerrado más de 12 locales en l'Horta Nord. Algunas de ellas se fueron de la misma forma en la que llegaron, sin dejar rastro. Otras mantienen su estructura, quizá a la espera de poder abrir otro verano.

Pero hasta que llegue esa fecha este tipo de instalaciones están sufrido numerosos asaltos. Las vallas de acceso se han deteriorado por el paso del tiempo y algunas han sido arrancadas por los asaltantes en busca de materiales para su posterior reventa.

Además, uno de los problemas principales es la insalubridad de los recintos ya que algunas discotecas se han convertido en vertederos ilegales donde gente desaprensiva deposita todo tipo de residuos urbanos tales como escombros de obra o electrodomésticos en desuso.

Actualmente hay varios establecimientos abandonados. El Puig cuenta con uno de las más grandes, el Valencia Beach, que se convirtió en el local más popular de la comarca durante los meses estivales. Sin embargo, desde que cerró, su ubicación, próxima al mar y al polígono industrial, han hecho que sea uno de los edificios más degradados de la comarca por los continuos asaltos y el paso del tiempo.

"Es una lástima ver la discoteca así", explican un grupo de jóvenes de las urbanizaciones de El Puig. "Estuvo abierta dos veranos y estaba muy bien. Había dos salas con diferente tipo de música, traían a gente conocida y era muy divertida, pero desde hace dos años la discoteca está cerrada y ahora no tenemos ninguna sitio cerca donde ir", lamentan.

También en esta localidad permanece cerrada otra de estas zonas de ocio. Meliana, por su parte, cuenta con varias discotecas cerradas en plena costa. En esta ocasión fueron las quejas de los vecinos de Port Saplaya en Alboraya los que presentaron numerosas quejas por el sonido y el tráfico rodado que generaban los locales, Resaca y Polvo Playa, ubicados junto a sus viviendas.

También en Massalfassar tuvieron que colgar el cartel de cerrado tres locales, Vanesa, Polvo y Vulcano. Estaban ubicados en plena playa de la localidad, sobre terrenos de la Dirección General de Costas y generaban molestias por los ruidos a los vecinos de La Pobla de Farnals y a los usuarios de un hotel cercano en Massalfassar.

"Esas tres discotecas estuvieron abiertas muchos veranos", explican varios jóvenes veraneantes en La Pobla de Farnals, "allí hemos pasado muy buenos momentos. Además, para ir no nos hacía falta el coche, volvíamos a casa por la orilla del mar, sorteando incluso alguna acequia", recuerdan entre risas.


Sin entendimiento
El ocio nocturno y los veraneantes no han podido llegar a un consenso en l'Horta Nord, y después de años como la comarca referencia de discotecas veraniegas, actualmente no hay ninguna.

La costa de la comarca se ha convertido en un terreno infranqueable para los empresarios de la noche que ven en l'Horta un lugar donde sus negocios pueden triunfar. Por ese motivo, año tras año, antes de comenzar el periodo estival, son muchos los empresarios que solicitan a los Ayuntamientos costeros la apertura de una discoteca.

Este año, el Ayuntamiento de El Puig ha recibido al menos cinco peticiones. Durante años La Pobla de Farnals fue objetivo de los empresarios pero tampoco consiguieron poner en marcha ninguna. El descanso de los vecinos ha sido siempre la prioridad de estas localidades costeras.

Mientras tanto, las instalaciones languidecen en l'Horta a la espera de mejores tiempos.