Alboraya - Valencia

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Los alumnos de la Escuela de Adultos de Alboraya protestan por su privatización
Medio centenar de personas se manifiestan ante el ayuntamiento por el coste que tendrán que abonar por recibir los cursos

"Después de mi enfermedad la escuela ha sido mi mejor terapia, me ha ayudado a salir adelante. Tengo poca paga, vivo sola, no tengo aquí a mi familia y esto ha sido mi vida", así contaba ayer una de las alumnas de la Escuela de Adultos de Alboraya lo que significa para ella este centro, cuyo futuro pasa por la privatización.

Desde que se abrieran las puertas de esta escuela en 1983 muchos han tenido la oportunidad, que en su día no pudieron tener, de aprender a leer y escribir. Dolores Morón contaba emocionada que su ilusión toda su vida había sido estudiar pero, por circunstancias de la vida, nunca pudo. Para ella, como a muchas de sus compañeras, sacarse el graduado de secundaria ha sido todo un logro.

Ahora, desde el Consistorio quieren privatizar la escuela y pasar de pagar únicamente una matrícula de 35 euros a tener que abonar cuotas mensuales para poder realizar los cursos e ir a las clases. "Con esta inscripción financiábamos algunos gastos como la compra de libros o material necesario para las actividades", comentaba Concha Redruellos, presidenta de la asociación de alumnos de la escuela.

Esta cuota para muchos de ellos supondría tener que renunciar a uno de los alicientes que ha llenado durante los últimos años sus vidas. "La escuela me ha ayudado a salir de una depresión, no salía de casa y ahora he recuperado las ganas de hacer cosas en la vida", contaba Ana Liso, otra de las alumnas del centro.

En la concentración, celebrada ayer ante el ayuntamiento del municipio, se veían caras de resignación ante la posibilidad de quitarles parte de lo que a más de una de ellas les ha devuelto la ilusión y las ganas de vivir.

Una de las medidas que ya se han tomado desde el Ayuntamiento ha sido la reducción de plantilla en el centro, que contaba con siete profesoras para llevar adelante las clases y actividades impartidas a los 585 alumnos que se matricularon en el pasado curso. Ahora y de cara al nuevo año académico únicamente impartirán la docencia tres maestras.

"Quedarnos en casa y ponernos de cara al televisor sin pensar no es una solución. Si finalmente esto sigue adelante lo único que conseguirán es que nos quedemos encerradas y sin motivaciones en el día a día", afirma una de las usuarias del centro. La mayoría coincidía en la importancia que ha tenido la escuela en sus vidas, pues han conseguido tener alicientes en la vida y la oportunidad de aprender cosas tan habituales del día a día como es poner una firma.

Desde tai-chí, educación postural, talleres de psicología hasta clases de valenciano, inglés o informática han llenado durante más de 20 años esta escuela que, a partir del próximo curso, podría perder parte del alumnado debido al pago de una cuota mensual que imposibilitará a muchas de las alumnas asistir a los talleres y actividades organizadas en el centro.

Ayer la presidenta de la asociación de alumnos, Concha Redruello, y dos integrantes más presentaron un escrito en el ayuntamiento para intentar frenar la propuesta de privatización de la escuela que se debatirá en pleno el próximo lunes. Desde el Consistorio no dieron luz verde a las propuestas hechas desde la asociación para evitar la final que muchos temen.

"La escuela nos aporta salud mental, nos hace salir de casa, relacionarnos y, sobre todo, supone tener alicientes en la vida", afirma una de las alumnas del centro. Asistir a estas clases es para muchas de ellas un estímulo diario.