Villarrubia de Santiago - Toledo

Habia una vez una joven madre preocupada porque uno de sus hijos, el mas pequeño de tres, no queria tomar su leche. Todas las noches tenia que enfrentar una faena digna del teatro griego (de los tiempo de homero, horacio y la odisea), "toma tu leche mi vida para que crescas fuerte" -decia la madre-, a lo que el rapaz chiquillo respondia -"pues no quiero crecer ni fuerte ni debil, seguire siendo pequeño toda la vida".
La madre ya no sabia ni que decir para convencerle. No habia dialogo posible, aquel chiquillo era un hueso dificil de roer. Una noche fugaz de cielo claro y luna llena, una bellisima hada presencio la escena desde la ventana y se le ocurrio un plan que solo a las hadas de los cuentos se les podia ocurrir.
Asi que aprovechando que el niño estaba de berrinche y refunfuñido en su cuarto, que se le aparecio entre los juguetes y le dijo con voz clara, -hola amguito, ¿que tal?-
el niño la miro desconcertado, pero no grito ni lloro por la sorpresa.
mi nombre es Aguamarina y soy un hada, y me gustaria darte un regalo ¿te gustaria?
El niño asento con la cabeza, y la miro sin hablar y con la boca abierta. Como no iba a ser asi, ¿a cuantos de ustedes se les aparece un hada?
"Si tomas cada dia tres vasos de leche", -decia el hada- por las noches tendras los sueños mas hermosos que jamas hubieses tenido ¿te gustaria?, solo debes tomar dos vasos por la mañana y uno por la noche, ¿como ves?, ¿te gusta mi propuesta?
El niño sonrió feliz por fin y prometio tomar la leche para tener esos sueños prometidos.
desde entonces la madre del niño ya no lucha por convencerle y el niño toma su leche completita, gracias al regalo de Aguamarina.

mandame un hada de esas tuyas amigo plus que me enseñe a seguir el camino acertado y ha aprender a escoger lo que más me conviene , sería una pasada encontrarme todos los días en mi habitación al despertar a tu Aguamarina iluminándome el día

Cuando alguien sopla las velas de una tarta de cumpleaños, posee un talismán en su poder, o ve pasar a una estrella fugaz en el cielo, pide un deseo. No siempre ese deseo se cumple, pero hay algunas veces que la persona ve cumplido su sueño. Lo que nadie sabe es que esto es debido a la gran estrella de los deseos, ella vive en una dimensión desconocida, y siempre está girando, en los polvos que desprenden de ella en cada una de sus vueltas lleva la magia necesaria para que cada uno de estos deseos se cumplan.
Pero hay un ser que vive en la misma dimensión que la gran estrella de los deseos, y quién recibe unos fuertes dolores de cabeza cada vez que nota que alguien es feliz, por eso, un día decidió robarla y mantenerla prisionera en una jaula de oro.
Cautiva, la estrella, no tenia ganas de girar, y sino giraba no producía polvos, y sin polvos los deseos no se cumplían.
Pero un grupo de niños encontró un rastro de polvos dorados en el suelo, un rastro que les condujo al castillo del "ser sin sonrisa", que es como se llamaba el secuestrador de la estrella.
Los niños habían recogido los polvos dorados por el camino y tenían sus bolsillos llenos de ellos.
El "ser sin sonrisa" tenía la habilidad de camuflarse en las sombras de los demás, e introduciendose en las sombras de todos los niños adoptó formas de monstruos terribles consiguiendo asustarlos.
La niña más pequeña lloro y deseo que su madre la hiciese compañía y el deseo se hizo realidad. La niña rio, al "ser sin sonrisa" le empezo a doler la cabeza, los demás niños viendo lo ocurrido formularon más deseos y rieron y cantaron dischosos.
El "ser sin sonrisa" sin poder soportar por más tiempo el dolor dijo:
-¡Basta! ¡Basta! ¡Haré lo que me ordeneis! ¡Iros de aquí de una maldita vez y dejarme solo!
-No nos iremos sin la estrella-dijo la pequeña niña abrazada a su madre.
El "ser sin sonrisa" refunfuñó, pero aceptó el trato y soltó a la estrella y gracias a esos valientes niños, no llego el fin de los deseos a la Tierra.