Valmojado - Toledo

Cuando estalló la “gran depresión” de 1929, las recetas liberales iban desde “Hay que liquidar la mano de obra, liquidar las acciones, liquidar a los agricultores… Eso purgará la podredumbre del sistema” que propugnaba el secretario del tesoro de EE.UU. A. W. Mellon, hasta: “los estímulos económicos artificiales dejan sin terminar una parte del trabajo de la depresión” de J. Schumpeter, y no hace falta explicar a qué se refería. Por suerte, frente a estas teorías liberales tan actuales hoy día, se optó por la solución Keynes de emisión monetaria y expansión económica (mas estado) y salieron de la crisis, como se hizo tras la II Guerra Mundial con el plan Marshall, como han hecho el R.U. Rusia, EE.UU. y recientemente Japón.
Pero en España, completamente superados por la situación, nuestra derecha, impotente, recupera el Mellonismo, y llegamos a lo que los seguidores de Dª Esperanza reclaman y definen como Antiestatalismo, y que gracias a los más charlatanes, por ser siempre los primeros en quitarse la careta, vamos entreviendo. Así y como ejemplo, podíamos leer el lunes pasado a F. S. Dragó en El Mundo, cosas como: “… la solución no existe mientras sobreviva ese delirio del sueño de la razón al que llaman estado del bienestar. Keynes, su inventor, es uno de los grandes malhechores de la historia… pongamos fin de una vez por todas a ese disparate inmoral e insostenible y marchemos francamente, como lo hacen otros en remotas tierras orientales, por la senda del estado de la responsabilidad…”
En fin, Dios de a cada uno entendederas para que sepa, por lo menos, cuál es su lugar, y criterio e independencia para que lo ocupe.