Obama vira su política de drogas de la persecución a la prevención En un giro sustancial respecto a lo que ha sido tradicionalmente la política de lucha contra el tráfico de estupefacientes en Estados Unidos, la Casa Blanca presentó ayer un Plan Nacional sobre Drogas que, por primera vez, convierte en objetivo prioritario el tratamiento y la prevención de la drogadicción como una enfermedad, y relega a un segundo plano la detención y condena de los consumidores. Esa estrategia supone la culminación de un cambio iniciado por Barack Obama al llegar al Gobierno de la nación, en 2009, cuando se propuso invertir más recursos en ofrecer tratamiento médico a los adictos y menos en su persecución policial. La Casa Blanca hizo ayer públicos los datos de su inversión en ese ámbito durante la presidencia de Obama: 31.000 millones de dólares (23.000 millones de euros) en programas de tratamiento y reinserción y 27.000 millones en operaciones policiales. Sólo en el año fiscal 2012 se invertirán 10.100 millones de dólares en prevención y 9.400 millones en partidas policiales. Se trata de un cambio de rumbo radical respecto a los años del anterior jefe del ejecutivo, George W. Bush, que presidió sobre una militarización de la lucha contra los estupefacientes, llegando a organizar 40.000 redadas policiales en contra tanto de traficantes como de consumidores, según estimaciones del grupo independiente Drug Policy Alliance. |